𝑨𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏

2.4K 54 0
                                        

Alice sabía lo mucho que amabas esta época del año, para ella sería impensable no saberlo.

Habías estado dando vueltas de aquí para allá, averiguando todas las cosas que querías hacer esta temporada desde mediados de septiembre, y en su mayor parte, ella simplemente te acompañaba.

Le gustaba verte pasar el mejor momento de tu vida y mientras fueras feliz, ella era feliz. Aún así, habían algunas pasiones tuyas en las que ella no podía participar, sin importar cuánto quisiera. Solo hubo algunos problemas que surgieron al salir con una vampiresa que no podías solucionar.

Así eran las cosas, pero no ibas a dejar de hacer las cosas que amabas por eso y, afortunadamente, Alice no esperaba que lo hicieras.

Cada vez que no podía participar, se unía tan a menudo como podía y era posible.

Tal vez no era perfecto, pero para ustedes funcionaba.

Como esta mañana, por ejemplo. Alice había salido mientras dormías tan pronto como abrieron las tiendas para reunir tantos suministros para hornear como pudo, sabiendo que planeabas pasar todo el día en la cocina. Por supuesto, ella no comía en el sentido tradicional, por lo que no era realmente esencial que lo cocinaras, pero la mujer que amabas sabía cuánto te gustaba hornear...y no había manera de que ella esperara que te detuvieras solo porque te habías mudado con su familia.

Todos tenían pasiones y solo porque la tuya no necesariamente beneficiaba a los demás en este momento, no significaba que no valía la pena dejar que la disfrutaras.

Además, si alguna vez llega a convertirte como ustedes dos habían estado hablando, no serías capaz de hacer esto tan a menudo como ahora siendo humana.

Valía la pena que experimentaras lo que te gusta hacer, sin mencionar que Alice también disfrutaba de observarte hornear.

Había algo tan pacífico al respecto, y le dio nostalgia recordar los días en que ella podía hacer lo mismo. Debido a eso, sintió que, de algún modo, te acompañaba horneando.

Simplemente la hacía feliz y mientras quisieras hacerlo, ella se aseguraría de que pudieras.

—¿Alice? ¿Dónde estás?—la llamaste mientras bajabas las escaleras, tu voz estaba algo ronca debido a que recién despertaste.

Acababas de levantarte de la cama, pero Alice no estaba a tu lado como era usual cuando abriste los ojos.

Ni siquiera podías recordar la última vez que habías despertado sin Alice a tu lado, era rutina.

Después de todo, los vampiros no dormían, así que sabías que ella no estaba allí en toda la noche, pero sin importar lo que hiciera mientras descansabas, no podías pensar en una mañana en la que te hubieras dado la vuelta para encontrarla desaparecida de la habitación.

Normalmente aquello te habría descolocado.

Sin embargo, tampoco entraste en pánico al principio. El hecho de que estuviera fuera de la rutina usual no significaba automáticamente que habías dormido mientras les sucedía algo horrible a los Cullen.

—Estoy en la cocina, cariño.—llamó ella, considerando solo momentáneamente que debía permanecer en silencio para evitar estropear la sorpresa, aunque luego de pensarlo mejor, no importaba mucho.

La sorpresa te gustaría, sin importar cómo la descubrieras. Todo lo que importaba era que te encantara, y mientras ella pudiera ver la expresión de tu rostro una vez que te dieras cuenta de lo que había hecho, estaría contenta.

La castaña escuchó tus pasos arrastrando los pies mientras te abrías paso por el piso de madera hacia la cocina, revelando lo cansada que aún estabas. No había estado fuera por mucho tiempo, pero era bueno saber que no habías estado despierta por mucho tiempo sin ella.

Twilight.|OneShots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora