Recuerdos

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Y entonces lo ví, era como si volviera a mis 13 años. Me sentí de nuevo esa niña que soñaba con los príncipes azules y los amores eternos. Me bañé de esos recuerdos que hoy me parecen un tesoro, volví a ese tiempo donde no me importaba nada. Esa mirada que nunca me dió a entender nada, esa sonrisa que apesar de que nunca fue para mí ni por mí me llenaba.

Mi amor primer amor de adolecente, ese niño que antes creías dar la vida por el. Nunca llegue a tener nada con el y creo que eso fue lo que más se quedó enmarcado y me da la razón de porque todavía lo veo y quiero comérmelo. Pensé que nunca más iba a tener que cruzar con ese rostro en mi vida, pero verlo hoy nuevamente fue toda una sorpresa. No pude articular palabra por unos minutos y no fueron por los nervios (que si estaban ahí presentes) si no porque me sentía diferente.

Hace mucho que mi corazón decidió dejar de acelerar su palpitar por el. Pero mi mente me traicionó está vez dejando paso a los recuerdo. Quise saludarlo como un conocido más, pero solo pude limitarme a acatar las ordenes que me daba mi madre para hacer el dichoso café.

Ese café, si no me llegan haber dado la tarea de hacer café, ni me daba por enterada de su precencia en mi casa. Que pequeño puede ser el mundo, el chico del que me enamore en mis 13 años es compañero de trabajo de mi hermano y se echó la tarde entera en mi casa. Las vueltas que da la vida, pensé volver a verlo en muchas situaciones pero está ni me pasó por la cabeza.

En el primer instante cruzamos mirada y como siempre el la desvío y miro para otro lado. Nunca me dejaba verlo fijamente a la cara, no se porqué. Apesar de su rechazo nunca lo ví como una mala persona, al contrario era un gran chico y muy divertido. No podía ni puedo y mucho menos podré culparlo por no verme de la misma manera que yo lo veía a él.

Estaba tan cambiado, su pelo que siempre estaba bien cortado ahora se encontraba esparcido con unos risos que se le formaba, era notorio que hacía tiempo no se pelaba. Su rostro que siempre pareció la carita de un bebé ahora estaba poblado por una abundante barba que para nada le quedaba mal. Y su cuerpo, bueno ese segura siendo el mismo, delgado pero eso nunca hizo que dejara de verse bien. No era un dios pero para mis ojos siempre fue como un ángel.

No cruzamos palabras, creo que después de que se fue me arrepentí mucho. No es que todavía este enamorada de él, pero quería hablar conocer a ese chico que antes no tuve la oportunidad de conocer bien. En un fallido intento de hablar con el tome su móvil para cargarlo ya que estaba apagado, pero en cuanto hice el intento volví a callarme. Podría bien fácil pedirle el número de el a Diego pero ¿Y si tiene novia? No quiero que piense que todavía me interesa (o no lo quiero pensar yo).

El fue parte de la mejor etapa de mi vida, que apesar de no ser un muy bonito recuerdo en ese entonces, ahora es uno de los mejores. Todavía recuerdo cuando en las tardes después de salir de el colegio esperando el transporte para ir a mi casa el venía a mi para pedirme agua. Les juro que esa simple acción me hacía soñar todas las noches, por eso siempre todas las tardes guardaba agua para el. Pero también recuerdo perfectamente el día que me rechazó, fui muy infantil y el un real idiota en ese entonces que solo llenaba su ego.

Son recuerdos que me llenan, recuerdos que añoro. No saben lo que daría por volver a ese entonces, lo que daría por volver a ser esa niña de 13 años que era rechazada pero que tenía la vida resuelta. No tenía que llorar sola en las noches porque lo único que me preocupaba era llegar a la escuela. No tenía que pasarme los días pensando como llegaré al siguiente porque los días se me pasaban volando. No pensaba en lo que venía solo vivía el presente.

Y estoy segura que muchos de ustedes también añoran esos tiempos dónde todo nos daba igual solo éramos nosotros. Esos recuerdos hoy no llegan a la mente logrando que algunas lágrimas nos salgan. Pero no lágrimas de dolor ni de tristeza si no de añoranza por esos tiempos. Que en su momento por cualquier idiotez nos parecían un infierno pero que ahora quisiéramos volver a vivir ese pequeño infierno. Esos son los recuerdos.

"Pequeños fragmentos de nuestra conciencia que nos hace ver quién éramos antes y nos hace querer volver"

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