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Joaquín se dió la vuelta al oír el ruido de la puerta.

— ¿Qué haces aquí? — exclamó, mientras se abrochaba el cinturón de la bata.

Emilio seguía mirándolo, en silencio, sin duda percatándose de que acababa de ducharse y estaba desnudo bajo la bata.

— Te he hecho una pregunta.

Él lo miró a los ojos entonces.

— ¿Qué estás haciendo, Joaquín?

Su voz sonaba ronca, agitada.

— ¿Tú qué crees que estoy haciendo? Acabo de darme una ducha y me estoy vistiendo. Debiste tocar la puerta antes de entrar.

Emilio sacó las manos de los bolsillos del pantalón y al hacerlo, Joaquín vió un bulto bajo la tela. El aroma de Emilio cambiando levemente, pero incluso Joaquín lo notó.

Era evidente que estaba excitado y tuvo que disimular una sonrisa. Su ex alfa había mordido el anzuelo, justo cómo Joaquín lo esperaba.

— Te recuerdo que ésta también es mi casa, de modo que no tengo que llamar. ¿Y porqué sigues aquí? ¿Porqué no estás haciendo la maleta?

Joaquín cruzó los brazos sobre el pecho, la bata mostrando un poco más de sus piernas, mientras seguía la dirección de su mirada sabía que sus curvas se marcaban claramente bajo la bata y aparentemente, Emilio también se había dado cuenta.

— He decidido quedarme.

— ¿Perdón?

— He dicho que me quedo — hablo firme Joaquín —. Pensé que estarías en Los Angeles todo el verano, por eso decidí pasar las vacaciones aquí. Y no pienso marcharme sólo porque tú hayas decidido aparecer de repente.

— Deberías a ver comprobado qué planes tenía yo para el verano, ¿No te parece? Si lo hubieras hecho, te habría dicho que pensaba venir aquí. Siento mucho que tengas que marcharte, pero así es.

Joaquín levantó la barbilla, orgulloso, listo para la pelea.

— No pienso ir a ningún sitio. Merezco algo de paz y tranquilidad, he trabajado mucho éste año.

— ¿Y crees que yo no?

— Sé lo mucho que trabajas, Emilio. De hecho, llevas eso de «trabajar mucho» hasta el extremo.

Al ver que fruncía el ceño temió haber dicho demasiado, pero era la verdad. El tiempo que había pasado lejos de él era una herida que aún no había curado, incluso después de tanto tiempo.

Emilio se acercó a Joaquín entonces, con ese caminar pausado que podía hacer que los omegas salivasen. Ojalá no siguiera pareciéndole tan atractivo, tan masculino.

Tenía que controlarse, pensó. Su objetivo era darle a probar su propia medicina, darle la espalda cómo había hecho él.
Tragó saliva cuándo se detuvo frente a él, pero se negaba a  dar un paso atrás.

— No vas a quedarte.

Emilio habló firme, Joaquín juraba que estaba controlándose para no usar su voz de alfa y se preguntó el porqué.

— ¿Ah, no?

— Creo que las cosas quedaron establecidas en el acuerdo.  Tú querías terminar con ésta relación y eso fué lo que  hicimos. No viviremos bajo el mismo techo en ninguna circunstancia.

El omega de Joaquín se hizo chiquito ante sus palabras, pero Joaquín no se movió de su lugar, había aguantado cosas peores.

Los ojos que una vez lo habían mirado con tanto amor lo miraban ahora con un odio que le rompía el corazón.

— No pienso marcharme. Tuve que apartar a los paparazzi a empujones para llegar aquí y seguramente estarán esperando cómo buitres para ver qué hago ahora — explicó Joaquín evitando su mirada —. Tu vida amorosa ha llamado mucho la atención y están intentando de todas las maneras posibles que diga algo al respecto.

— A mí me pasa lo mismo. Tu relación con Andrés Vázquez no ayuda nada, pero seguro que, si vuelves a California, podrás alojarte en la casa que ha comprado en la playa.

Joaquín se sorprendió, pero no lo demostró. ¿Acaso Emilio vigilaba a Andrés? Cómo podría saber que se había comprado una nueva casa. La mente de Joaquín empezó a hacer diferentes escenarios, su omega poniéndose feliz ante la idea de un posible alfa celoso.

Luego la idea más clara vino a su mente, lo pudo haber leído de un artículo. Era lo más obvio, tomando en cuenta que sabía sobre su relación con Andrés.

Joaquín estuvo a punto de decirle que no tenía una relación con Andrés, pero decidió que no era asunto suyo, especialmente cuándo él tenía una relación con una modelo. Aunque se negaba a mencionarlo.

Lo último que quería era que pensara que le importaba. Porque no le importaba.

— Andrés está de gira en Europa y además, quiero quedarme aquí. Me encanta éste sitio. Siempre me ha encantado y tú lo sabes.

— Sigue siendo mi casa.

— La única razón por la que no dejaste que me quedara con ella en el acuerdo es porque sabías cuánto me gustaba —Habló Joaquín bajando la voz —. Querías hacerme daño —dijo bajamente, pero Emilio logró escucharlo.

— Piensa lo que quieras, yo me voy a ver el final del partido —dijo Emilio —. Y espero que no estés aquí cuándo vuelva.

— No pienso irme.

La expresión de Emilio pasó de dura a inexplicablemente cansada.

— No voy a perder el tiempo discutiendo contigo Joaquín.

— Pues no lo hagas.

Joaquín a pesar de ser omega sabía defenderse y no dejarse de un alfa ó beta, en tiempos pasados a Emilio le encantaba eso. Estaban mirándose el uno al otro cómo dos contrincantes.

Pero luego, sin decir una palabra, Emilio se dió la vuelta, sus pasos escuchándose claramente por toda la casa.

Joaquín contuvo el aliento hasta que lo oyó arrancar el auto y alejarse.

Joaquín contuvo el aliento hasta que lo oyó arrancar el auto y alejarse

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Seguimos.......

Espero les esté gustando la adaptación.


Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

Still Mine // Adaptación Emiliaco OmegaverseWhere stories live. Discover now