¿Esto Es Amor?

capitulo 25

25. empujar, jalonear

—Claro que no, yo como iba a saber que haríamos un trabajo en equipo?— trato de hablar pero me sale en un pequeño grito y en ese momento Daniel pellizca mis brazos haciendo que grite del dolor.

—Ya basta, me lastimas— lloro y quitó sus manos bruscamente y acaricio mis brazos en la parte afectada mientras me quejo y sollozo

—YA CÁLLATE— grita y me suelto a llorar, Daniel toma mis brazos de nuevo y trato de apartar sus manos de mi

—¡SUÉLTAME!— grito y me muevo desesperada para liberarme de el.

El grita algo que no entiendo y al segundo siguiente siento un dolor punzante en mi espalda y trasero, quedé recargada en la pared, Daniel me empujó, mi llanto se hace más fuerte y abrazo mis piernas, Daniel solo se toma mechones de su cabello castaño oscuro entre sus manos con desesperación.

—No quiero que le vuelvas a hablar en tu puta vida, ¿me entendiste Olivia?— dice ya desesperado y no le contesto solo me dedico a llorar, por alguna razón no puedo parar de llorar, estoy segura de que desde afuera se oye mi llanto y la acción de Daniel lo confirma.

Me levanta de los brazos sin importarle si me duele y me jalonea hasta el lavabo donde abre la llave, toma agua en sus manos y me moja el rostro con desesperación, mi ropa y mi cabello están empapados por ello.

—Ya deja de llorar y lávate la cara, te vez horrible— ordena y no lo hago, el toma mis manos y las coloca para recolectar el agua y me hace mojarme la cara a mi misma.

—Ya basta Daniel— digo en un susurro, ya no tengo fuerzas, me quito el agua de la cara y lo miro a la ojos buscando algo.

El me jala y me hace girarme hacia él, me levanta por la cintura para sentarme en el lavabo y el se coloca entre mis piernas para quedar más cerca de mi y toma mis manos.

—lo siento— se disculpa y su tono de voz ya es más suave, aquí vamos de nuevo con las disculpas

—no se que me pasa pero tú me haces sacar lo peor de mi— solo miro a otro lado calmando mi respiración y tratando de que me suelte. Fue mi culpa yo provoque esto al portarme como una zorra, no lo volveré a hacer.

Las luces de colores se mueven por todos lados al ritmo de la música, todos en el lugar bailan y beben, es el cumpleaños de Daniel. El y sus tantos amigos decidieron que seria una fiesta tipo antro y aquí estoy sentada con un vaso de bebida con vodka sin tocar, estoy esperando a que Daniel termine de hablar con sus amigos y mientras veo a otras personas hablan en grupos, algunos me veían raro por mi ropa, llevo un vestido azul marino no tan corto ni tan escotado que no pueden ver gracias a un saco negro largo que me cubre hasta mitad del muslo, todo esto por ordenes de Daniel.

Estos días todo está muy tenso, perdone a Daniel, después de todo solo fue un momento de enojo y todos nos enojamos, es algo normal, creo. Mi mamá está cada vez menos conmigo ya que consiguió un ascenso como jefa de doctores o algo así en el hospital donde trabaja y eso consume todo su tiempo, me siento sola pero al mismo tiempo feliz por ver qué mi madre progresa cada vez más en lo que siempre soño.

Todos estallan en gritos al escuchar una canción que está muy de moda en estos días. Aburrida busco a Daniel con la mirada por todo el lugar, lo veo reírse y beber cada vez más con sus amigos, saco mi celular para distraerme ya que nadie me habla, Daniel se a encargado de eso de alguna manera.

El rato paso mientras veía mis redes sociales e imágenes y videos graciosos que salían de vez en cuando. Mientras más pasaba en este sillón y más gente llegaba más calor hacia, me siento asfixiada por mi saco y el bochorno del lugar, hecho un vistazo y veo a Daniel irse a otro lado con sus amigos, me quito mi saco o bueno solo saco mis brazos para que se refresquen quedando sentada sobre mi saco.

Un chico rubio que se nota que está muy borracho se acerca a mi y se sienta a mi lado.

—Hola linda, quieres bailar?— pregunta arrastrando las palabras, su aliento huele a alcohol

—No, muchas gracias— le sonrió en una disculpa

—eres muy bonita— el chico se acerca más a mi y trato de alejarme, toma un mechon de mi cabello y nuestros rostros están a unos centímetros y hago una mueca de asco.

De un momento a otro toma mi brazo para que no me pueda alejar mientras se acerca cada vez más, no tengo tiempo para reaccionar cuando el rubio es alejado de mi de golpe y veo a Daniel golpearlo hasta que quedó inconsciente sin mucho esfuerzo por su estado de embriagues.

Daniel me levanta tomando con demasiada fuerza mi brazo desnudo y toma mi saco mientras camina jaloneandome y empujando a todos en su camino, subimos las escaleras y me empujo dentro de una habitación, su habitación. Solo me giro para verlo y solo puedo pensar en lo mal que terminará esto a juzgar por su cara.

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