Puede decirse que el campo en el que Harry mejor se desenvuelve es definitivamente en la empresa de alimentos que ha pertenecido a su familia durante años. Desde que fue su turno de quedarse a cargo de ella como presidente, él supo que tendría que hacer un trabajo excepcional para cumplir las expectativas que sus padres tenían sobre él.
No le molestaba concentrarse en lo suyo incluso si eso implicaba distraerse de todo lo demás. Por eso, le tomó un poco por sorpresa la llamada de Alice que entró al teléfono de su oficina.
—Hey —la saluda con el cejo algo fruncido—, ¿Y eso que no me llamas a mi celular?
—Te llamé cinco veces Harry, y no me contestaste ninguna.
—Oh, lo siento.
Ella suspira.
—No importa, ¿A qué sales? Me gustaría que me ayudases a indicarle a Louis lo que debe hacer en la casa.
— ¿A quién? —pregunta confundido.
—Al chico que estarás cuidando la casa ¿Ya lo olvidaste?
—Por supuesto que no —miente claramente y luego mira la hora en su reloj—. Ya salgo, estaré allá en media hora.
No se había dado cuenta que ya se había pasado un poco de su hora de salida, pero se consoló pensando en que de todas formas no es como si tuviese algo mucho más interesante que hacer. Así que apagó su laptop, recogió sus cosas y después de despedirse de Niall, su omega asistente, se fue directo al estacionamiento del edificio.
Mientras ponía su auto en marcha, por alguna razón trató de recordar la última vez que pasó un rato divertido con algún amigo o especialmente con su esposa. No había hecho ni uno ni el otro demasiado tiempo, ni siquiera algo tan simple como reunirse a beber una copa con su mejor amigo. Su vida se había vuelto simple, monótona y hasta podría decirse que algo aburrida. Era feliz, por supuesto que lo era, no sentía que tuviese nada sobre lo que quejarse, pero no le haría daño hacer algo diferente. Al menos distraerse un rato de sus ocupaciones como adulto.
Él continua con ese pensamiento en mente cuando finalmente llega a casa y al entrar, se encuentra con que su esposa no está sola. Y no acompañada por cualquier persona, no, sino que se encuentra con el detestable mocoso que le hizo pasar un mal rato en la cafetería esa misma mañana.
Cuando el omega lo ve, abre los ojos demostrando que también lo ha reconocido.
—Me alegra que al fin llegues. —Alice lo saluda con un simple beso en la mejilla, y Harry parece estar tan concentrado en el chico que a primera instancia no nota que su esposa va vestida muy elegante—. A último minuto me pidieron que fuera a una cena con algunos inversores de la compañía y regresaré un poco tarde, así que necesito que te ocupes de enseñarle a Louis la casa. Oh, por Dios ni los he presentado, Louis él es mi esposo Harry.
Harry nota que aunque Louis tenga una expresión un poco asustada, hay una nota de burla en sus ojos azules (En los que no había reparado antes). Parecía estar rememorando el accidente de la mañana en su cabeza y riéndose internamente de ello.
—Un gusto Sr. Styles. —Se adelanta a darle la mano, como si con eso pudiese evitar que el alfa mencionase que ya se habían visto.
—Igualmente... ¿No nos hemos visto antes? —pregunta un poco receloso, no dispuesto a dejar el accidente atrás. A veces, Harry podía ser un poco rencoroso.
—Estoy seguro de que no —contesta el chico con una sonrisa simple, haciéndose el desentendido.
—Bueno, yo tengo que irme —anuncia Alice—, regresaré tarde así que no tienen que esperarme. Nos vemos luego.
Louis no espera a quedarse sólo con el alfa, sino que se va rápidamente a la cocina creyendo que así podrá escapar de este. Pero con lo obstinado que Harry puede ser, se va detrás de él.
—Haberme llamado vejestorio ya no es tan divertido ahora ¿Verdad niño? —Pregunta en cuando entra a la cocina, encontrado a Louis cortando algunas verduras para lo que se supone será la cena—. Arruinaste uno de mis trajes favoritos.
El omega levanta la mirada siendo un poco inexpresivo. Ahora que ambos están solos y en un espacio un poco más cerrado, Harry se da cuenta del olor que el chico desprende. Es dulce, pero intenso, como si eso reflejase el carácter que poseía.
—Me hubiese disculpado si usted no me hubiese gritado innecesariamente, por si lo olvida, hasta me ofrecí a comprarle un café.
Bien, el chico tenía un punto así que a Harry no le quedó de otra más que bajar la guardia.
—Bueno, tienes razón, estuvo mal de mi parte gritarte —se disculpa y toma asiento en una de las sillas de la isla de la cocina, quedando frente a Louis. Así se puede dar mejor la oportunidad de detallarlo—. Usualmente no soy así.
—Pues gracias —dice con simpleza y sin mirarlo—. Su esposa me dijo que le gusta la carne y las verduras.
—Cuando están bien cocinadas sí.
Aquel comentario hizo que Louis plantara una mirada dura en él, estando seguro de que el alfa lo había dicho de esa manera para provocarlo. Y por la manera en la que este le sonreía, supo que tenía razón.
—Arruiné uno de sus trajes y lo lamento ¿Espera que se lo pague?
Harry negó.
—No, en realidad lo que espero es que te retractes de tus palabras.
Entonces Louis lo entendió.
—Oh... Así que todo esto es porque lo llamé vejestorio.
"Que sensible" pensó, pero decidió dar su brazo a torcer.
—Bueno, retiro lo que dije, no pienso que sea viejo.
Harry lo siguió observando como si esperase algo más, incluso le hizo un gesto con la mano para que continuase.
— ¿Y se ve bastante joven para cual sea la edad que tenga?
—No soy un viejo, apenas tengo veintinueve.
—Entonces estamos bien, usted no es viejo y gritarme estuvo mal. ¿Ahora puedo seguir preparándole cena?
—Sí, por supuesto que puedes, yo iré a cambiarme.
Se fue de la cocina dejando al chico sólo, pensando en lo divertida que le había parecido aquella mirada desafiante del omega mientras hablaban. Y también, por su mente se cruzó el hecho de que era la primera vez que su casa olía a omega desde que se mudaron allí.
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Quedó corto, pero les prometo que ya los siguientes será más largos.
Espero les guste.
Nos leemos luego.
-M.
