𝗣𝗥Ó𝗟𝗢𝗚𝗢

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AÑO 835, ALGUN PUEBLO DE LA MURALLA ROSE

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AÑO 835, ALGUN PUEBLO DE LA MURALLA ROSE.


Una pequeña pelirroja miraba expectante por la ventana. Ese día se había planeado la boda de su hermana mayor. Marissa Meyer, una joven pelirroja, la hija mayor de los Meyer. Se estaba por casar con Nile, un hombre dos años mayor que ella, a quien conoció en el centro una tarde.

Ahora su madre estaba peinando su cabellos rojos como el fuego, estaba tratando de hacer dos trenzas, pero se le estaba complicando. Daphne solo podía quejarse internamente por lo que le estaba doliendo que quedaran las dos trenzas. Hizo un pequeño ruido de dolor cuando el peine intento desenredar un poco sus rulos.

— ¡Mamá! Ten más cuidado.— se quejó, su madre la miró sería por el espejo. A Daphne no le quedó de otra que quedarse callada, no quería que su madre la retara.

— No te quejes. Debo dejarte presentable, es la boda de tu hermana.— le dijo.

— Ella es la que debe estar presentable, no yo. Yo solo asistiré a ella, nadie va a notar mi presencia. Si quieres hasta me quedo sentada en un lugar sin emitir ninguna palabra.— se cruzó de brazos.— Además de que no me gusta usar vestidos, siento que se me van a levantar y se me va a ver todo.

— Primero, siempre debes estar presentable. Segundo, los vestidos te quedan muy bien, a las niñas de tu edad les gustan usarlos. No veo cual es tu problema.— empezó a trenzar el lado izquierdo de su cabeza.— Más te vale comportarte bien con el futuro esposo de tu hermana, no quiero que seas grosera como la otra vez.

— No fui grosera, solo le dije que no tenia ningún sueño para el futuro. Solo quiere formar una familia con Marissa. ¿Eso que tiene de divertido? Hasta yo sería mejor pretendiente, mi futuro está claro seré un alma libre y voy a viajar por distintos lugares. No creo que los titanes estén siempre detrás de los muros.— dijo decidida.— ¿Alguna vez te preguntaste que hay detrás de los muros?

— No, nunca imagine que hay detrás de los muros, eso es un tabú. Aquí estamos bien, no hay nada de que preocuparnos. Pero tu tranquila, cuando seas grande comprenderás a tu hermana.— agarró la colita que estaba sobre la mesa y amarro el final de la trenza izquierda.

Daphne negó internamente, no quería casarse con un hombre. Sabía lo que significaba, el trabajaría y ella se quedaría en la casa. Solo lo haría si ambos trabajaban, ella odiaba ordenar. Tenia a su hermano mayor de referencia, le daba lastima la persona que se casará con el.

— ¿Qué se hace luego de una boda?— preguntó curiosa.— ¿Hay algún tipo de fiesta? ¿Comida?

— Nosotros solo iremos a la iglesia, luego Nile y tu hermana irán a su nueva casa.— terminó de hacer su última trenza y la miró con una sonrisa.— Deja de hacer tantas preguntas, se te va a caer la lengua.

— Que aburrido.— murmuró.

Se levantó del banco y junto a su madre bajaron las escaleras. Abajo las esperaban su padre y hermano mayor. Zack Meyer, un pelirrojo de ojos verdes miembro de las tropas de guarnición. Un molestó con sus hermanas y un soñador despierto. Aunque fueran hermanos Daphne casi no lo soportaba.

Salieron de su casa y fueron directo a la iglesia. Se sentaron en primera fila y esperaron a que la boda transcurrirá. Ese día Daphne se convenció a si misma que no se casaría, era un momento super aburrido. Los únicos que estaban un poco entretenidos eran los novios, ella solo se estaba durmiendo.

Cuando termino la ceremonia todos se empezaron a ir y como aun era de día, Daphne decidió a salir a pasear un poco por su pueblo. Como era habitual fue a la fuente y empezó mirar el agua dentro de ella. Mucha veces sacaba de ella las monedas que los niños dejaban ahí y se compraba comida con ese dinero.

— Te ves aburrida.— escuchó a alguien dirigiéndose a ella. Se dio vuelta y allí vio a un hombre calvo, rondando entre los treinta y cuarenta años. El llevaba el uniforme de la guarnición.

— No hay mucho que hacer.— contestó llegando a ser casi una queja.— usted también se ve aburrido.

— Bastante, ¿me dejas sentarme a tu lado?— Daphne lo miro desconfiada pero aún así asintió. El hombre se sentó a su lado y la miró con una sonrisa.— Soy Pixis.

— Daphne.— se presentó de igual forma. Pixis no podía entender como una niña pequeña podía estar tan sería. Parecía que su presencia no estaba modificando nada, pero si podía notar preocupación en su rostro.

— ¿Te preocupa algo Daphne?— preguntó el hombre.

— ¿De que puedo trabajar para no casarme?— preguntó sin rodeos, esperando una respuesta de inmediato. Pixis no sabía muy bien que responder, después de todo no esperaba que una niña hiciera esas preguntas de la nada.

— Si no quieres casarte no lo hagas, pero en todo caso enlístate en el ejército, te vez como una mujer fuerte.— contestó. Daphne asintió con la cabeza.

— Tiene sentido, muchas gracias señor Pixis, lo voy a recordar siempre como el extraño viejo que me enseñó lo que es la vida.— se levantó del lugar y se inclino frente a él.— Nos vemos, espero volver a verlo.

Antes de que pudiera contestar la niña salió corriendo. Pixis río, esperaba volver a verla cuando sea más grande. La recordaría como la niña seria de la fuente de agua, era un día bastante cómico para el.

Por otro la Daphne había descubierto su camino a seguir. Sin saber las consecuencias que este dejaría en su vida. Sin saber que en el futuro estaría en una guerra de titanes y amor. Una que dejaría un gran vacío en su corazón.





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The ghost of you² | Hange ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora