Confesiones de Lector

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Dario y ella comienzan a hablar, la conversación es fluida y parece ir bien. Anabel después confiesa que siente amor hacia Dario, y él se sonroja, pero acepta tímido. Él vivía en un piso y ella en una mansión. Sus padres eran pobres, pero le dieron todo lo que podían y ella luchó para lograr un buen trabajo. Siempre te gustó la literatura, pero solo leía en su tiempo libre. No escribía. Pero le daba oportunidades a autores subestimados y no conocidos por medio del periodismo. La mansión era nueva, por lo que no estaba amueblada. Ella le pidió ayuda a Dario para decorar la casa. Él podía elegir todos los muebles que él quisiera, pues él iba a vivir con ella. Esto sorprendió a Dario, el cual al inicio se negó.
-No. Tú has trabajado muy duro para conseguir lo que tienes. No debes compartirlo.-
-Lo digo enserio. Quiero que vivas conmigo. Sería un placer tener a uno de mis autores favoritos viviendo conmigo.- Insistió Anabel. Dario terminó aceptando.
Al día siguiente fueron juntos a ver muebles para decorar la casa. A él le gustaban los muebles pequeños y las decoraciones grandes. Compraron cuadros que cubrían paredes, plantas enormes y altas, varios sofás pequeños pero suaves y jarrones extravagantes.

Fuera de los LibrosWhere stories live. Discover now