Bienvenido A Casa

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-Me encanta como quedó nuestro hogar. Estás muy callado. ¿Acaso vamos demasiado rápido para ti?- Preguntó Anabel.
-No, va todo bien. Solo estoy sorprendido de toda la suerte que estoy teniendo ahora.-
-¿A qué te refieres? Ni que estuvieras en un sueño.-
-Cierto. Solo me sorprende lo bella que eres.-
-Eres encantador. Me voy a la ducha. Puedes pasear por la casa de mientras.-
-Vale.- Dijo Dario antes de que Anabel entrara en el baño.
Giró su cabeza mientras iba curioseando con sus ojos cada rincón de la habitación. Después, decidió entrar a la cocina y seguir observando. Los platos eran de porcelana y estaban colocados elegantemente dentro de un armario de madera de caoba. Paseo por el primer piso hasta que su curiosidad quedó satisfecha. Después, subió las escaleras hasta el segundo piso. Ahí estaban las habitaciones, un baño y un balcón.
La primera habitación era grande. Tenía una cama doble de color vino y esculturas que Dario pidió. Había una rosa de cristal en uno de los lados de la cama, en la estantería. La cual contaba con múltiples libros, piezas de arte y pequeñas esculturas brillantes de diamante, cristal o pintura. A Dario le encantaba. Se sentía el hombre más feliz del mundo. Todo iba perfecto. Sus libros comenzaron a ser conocidos, consiguió una pareja hermosa y tenía una casa enorme con decoración tan exclusiva como sus gustos. Sintió una presencia detrás suya, pero antes de poder girarse, Anabel lo abrazó por detrás con la toalla tapandola. Aún tenía el cuerpo húmedo, pero eso a ninguno de los dos le importaba.

Fuera de los LibrosWhere stories live. Discover now