30 días OTP - Duxino

🧡Con Jueguetes🧡

- ¿S-sabes? Puedo esperar aquí afuera, no es necesario que yo entre a la tienda -sugirió algo abochornado el ojivioleta, quien jugaba nervioso con sus deditos tratando de evitar la mirada del menor-

- Nope, tienes que entrar conmigo, amor, al final el que va usar las cosas eres tú~ -dijo pícaramente a la vez que rodeaba la cintura del azabache con su brazo-

La pareja se adentró en el local, llevaban algún tiempo tratando de ir a aquella Sex Shop, pero apenas habían conseguido el valor para hacerlo.
Agradecían que el lugar no estuviera del todo lleno, era la primera vez que entraban a un lugar como ese, se llevaron varias sorpresas al ver las cosas que habían.

- ¿Te parece bien si te quedas aquí viendo? Voy a buscar algo, tengo una sorpresa para ti~ -habló cerca de su oído con su indispensable voz ronca, sonriendo al ver lo rápido que enrojecían sus mejillas-

- A-ah... Está bien, solo no te demores tanto -dijo con un puchero en sus labios, los cuales fueron besados repentinamente antes de que el menor de fuera-

Duxo veía a su novio alejarse mientras sentía el calor apoderarse de su rostro, no iba a negar que le daba curiosidad saber que iba a comprar Aquino, pero tampoco le molestaba tener un rato a solas en aquel lugar.

Empezó a deambular por los pasillos, estaba algo sorprendido al ver lo realmente grande que era el lugar. Caminó hasta llegar a un pasillo en específico, abrió sus ojitos de par en par al ver todas esas cosas, había llegado al pasillo de dildos.
A pesar de tener una vida sexual activa, nunca se le había pasado por la cabeza usar algún tipo de juguete como esos, inconscientemente sus pensamientos se apoderaron de su cabeza, haciéndolo sonreír levemente al imaginar como se sentiría tener algo como eso dentro de él, sintió una corriente eléctrica recorrerlo de pies a cabeza y quitándole algo de equilibrio, no supo en qué momento se había convertido en alguien tan urgido.

Sacudió su cabeza en un intento de calmarse, parecía un adolescente hormonal en ese momento, en lo único que podía pensar era en encontrar a su chico, deseaba con todo su ser llegar a casa con él de una vez por todas.

El azabache siguió dando vueltas por un rato más, hasta que sintió las grandes manos de su novio rodear su cintura, mordió su labio inferior a la vez que apegaba su espalda al pecho del contrario-

- Eh, eh, tranquilo flaquito~ -el ojimiel le dió la vuelta a su contrario, acariciando su rostro suavemente- ya tengo lo que quería, nos vamos? -

- Vámonos~ -tomó de la mano al más alto y salieron de la tienda, obviamente con el objeto ya pagado-

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Ni bien llegaron a su casa, el mayor hizo que el pelicafé se sentase en uno de los sofás, para luego subir a su regazo y empezar a besarlo fogosamente, tomando las manos del menor y poniendolas sobre sus muslos, realmente estaba ansioso por un poco de contacto.

- Mgh~ ¿M-me vas a decir qué compraste~? -preguntaba el azabache entre el beso, recibiendo una sonrisa ladina de parte del ojimiel-

- Espera, corazón, todo a su tiempo~ -contestó a la vez que bajaba sus besos al cuello del mayor, quien empezaba a restregarse sobre la entrepierna de su novio-

Las manos inquietas del azabache se aferraban a la camisa que tenía puesta el más alto, para luego desabrocharla y empezar a acariciar con lujuria aquél fornido pecho. Aquino no se quedó atrás, había notado la reciente erección que tenía el mayor, así que hizo lo posible por quitar la ropa que le estorbaba y empezar a masturbarlo.