Sammy ･:*:･✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]

𝚝𝚎 ✩𝚌𝚘𝚜𝚝𝚞𝚖𝚋𝚛✩𝚛✩𝚜

𓆝
.
𓆝
.
𓆝
.

Días después de su cita con el terapeuta, Jisung decide que no quiere volver a salir. No sabe lo que le pasa, solo que está triste y no quiere ver a nadie.

Se encierra en su habitación; sigue intentando comer y también hace las tareas que su terapeuta le dejó, pero no tiene muchos ánimos, así que pasa el tiempo sentado en su escritorio, escribiendo en el cuaderno que Chan le regaló meses atrás.

Recuerda que su mayor hace un tiempo, quizás apenas semanas, le recomendó escribir una carta para su madre.

Una carta en la que explicara todas las veces que fue abusado sexualmente, con todos los detalles que recordara, desde nombres hasta fechas. Y Jisung no estaba seguro de hacerlo... Le daba miedo. En verdad no quería que su madre lo supiera: pensaba que prefería estar muerto cuando eso pasara.

Como sea, recuerda la primera vez que escribió lo que pasó, hace casi diez años. Lo escribió todo en un cuaderno de la escuela y lo escondió en un cajón con la esperanza de que alguien lo encontrara, lo leyera y decidiera ayudarlo, pero jamás ocurrió. No encontraron ese cuaderno y tampoco aquellos en los que escribía una y otra vez que quería morir. Nadie se enteró y entonces decidió solo ocultarlo.

Y ahora está ahí, sentado en una incómoda silla medio rota, escribiendo tanto como recuerda del abuso en casa de su amigo, de los tratos de su ex pareja, de la violación en el bosque, el acoso de su profesor y las veces que fue obligado a masturbarse frente a otros hombres para complacer sus morbosas necesidades.

Es jodidamente difícil. Es asqueroso, repulsivo, doloroso, aterrador... Es una mierda ser capaz de recordar cada segundo que pasó con un pene que no era el suyo entre las piernas, con unas manos alrededor de su cuello, con dedos que se deslizaban por su columna, sus piernas y sus zonas sensibles. Es una mierda porque recuerda todo eso, recuerda herirse, recuerda que lo hirieron también... Recuerda la sensación tan vívidamente que es asfixiante... Recuerda su propio llanto y recuerda las veces que intentó suicidarse, pero se olvida de respirar tan continuamente que es cómico.

Cómico no saber si sigue con vida, si existe, si es real...

Y se odia tanto mientras repasa los recuerdos con la punta de sus dedos. Se odia, quiere golpearse, rasguñar sus propias piernas y luego solo acabar con su vida, pero aún no consigue lugar apropiado para cada uno de sus libros.

Y, ¿qué más da, en realidad...? Sí, quizás dolerá, pero se acostumbrarán, después de todo... Se acostumbrarán a que ya no esté, a no verlo, no escucharlo... Solo es cuestión de tiempo, incluso si es doloroso en un principio.