Sammy ･:*:･✿ Dҽρɾҽʂʂισɳ/ƚƈα [ChanSung]

𝚖✩𝚗𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛𝚜𝚎 𝚘𝚌𝚞𝚙✩𝚍𝚘

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A veces la pasa demasiado mal.

Haberse encontrado de nuevo con su ex compañero del instituto derivó en un repentino aislamiento. En cuestionarse todos los días, desde entonces, si acaso las personas que ahora están a su alrededor lo miran igual que ese chico...

¿Sus amigos pensarán que es una niña fácil...? ¿Acaso lo es por aceptar ser novio de Bang Chan con tan poco tiempo de conocerse...? ¿Dudarán también de lo que hay entre sus piernas...? ¿Hablarán mal de él a sus espaldas? ¿Chan pensará que es "una puta" por las cosas que le ha contado...?

No sabe... No puede estar seguro y sabe que, de preguntarles directamente, no le dirían la verdad.

¿A caso le tienen lástima...? Hay demasiadas dudas en su cabeza; demasiado miedo, además.

Y es una costumbre que tiene: eso de no darse cuenta cuando comienza a hacerse daño; cuando saca de su cajón esas finas cuchillas para afeitar y las pasa con delicadeza sobre sus bracitos o piernitas.

Lo jura: no se da cuenta. Es solo eso: costumbre. Costumbre a creer que es todo lo que merece cuando las personas que lo intimidan están cerca, porque es lo que tanto repitieron. Es todo lo que conoce... Su manera de escapar.

- Jisung... - lo llama Chan cuando lo encuentra haciendo eso. Y el menor se siente terrible porque nadie nunca lo había descubierto, pero esta tarde ha sido inevitable: se quedaba de visita en el departamento de su novio y no había podido contener sus ganas de correr al baño solo para eso: para herirse.

Se siente frustrado; todo lo que hace es dejar caer la cuchilla al suelo y llorar. Incluso si sus brazos siguen sangrando, no le preocupa en realidad...

- Por favor, ayúdame - le pide con desesperación. Chan lo nota tan dañado entonces... Lo único que desearía es ser capaz de darle un abrazo que lo solucione todo en absoluto; que no tenga que volver a sufrir así... A sentirse con la necesidad de hacerse pedazos.

- Mi amor... - se siente nervioso. Las llaves que utilizó para abrir el baño se le caen de las manos antes de acercarse con cuidado a su pequeño, que hiperventila sentado en el suelo, con la espalda contra la bañera. Sus brazos están llenos de sangre que sigue corriendo fuera de su cuerpo, al igual que sus piernitas. Nota que ni siquiera le importó rasgar la tela con tal de dañarse pronto. De hacerse sentir dolor.

Todo lo que sabe hacer es abrazarlo. Jisung reacciona aferrándose a la tela de la camisa blanca de su novio, llenándola de sangre. Y le duele infiernos. Le duelen los cortes, pero más duele lo roto que está por dentro; lo mucho que sus pequeños fragmentos hieren a Chan, al punto de hacerlo llorar.