Capítulo XIV

7 2 0
                                    

James

Reviso la hoja donde está el horario de Alaska y no sé qué decir son demasiadas cosas para una chica como ella, no digo que no sea capaz pero una chica como Alaska suele rendirse con facilidad y no es lo que pienso es lo que observe, es una chica bastante peculiar y no solo por su nombre es irónico, me pregunto en que pensarían sus padres con ese nombre aparte de eso le pone empeño a muy pocas cosas -Eidan de verdad crees que ella podrá con todo eso? -No me importa si no puede hacerlo, tendrá que aprender a sobrevivir y no me vengas conque no sea un idiota, ya sabes que cuando se trata de lograr lo que quiero no me importa los medios para conseguirlo -sinceramente no sé qué quiere con ella, pero seguro no es nada agradable- enseguida llega y toma asiento me da cierta ternura verla con el ceño fruncido -en esta hoja veras unos horarios con cada una de tus lecciones a lo largo del día, la veo con los ojos tan abiertos que el azul de sus ojos se enciende más, cada 3 meses tu horario ira cambiando, al finalizar este plazo pondremos a prueba tus habilidades y conocimientos adquiridos todas tus evoluciones nos la reportaran, así que esfuérzate en cada cosa -tengo una duda, cuando me podre comunicar con mi familia?  -esa pregunta no me sorprende se ve que es apegada a su familia pero no del modo a estar siempre con ellos pero les preocupa -Te comunicaras con ellos cuando yo lo ordene, no necesito distractores que alenten tu aprendizaje, ya va a empezar tu primera lección así que márchate Blake te acompañara. James los documentos que te pedí, ya los tienes? -No han llegado, según el investigador algunas cosas son relacionadas con leyes para menores de edad y se le ha dificultado conseguir esta información -no me importa lo que sea, quiero esos documentos a la mayor brevedad - como ordenes, me voy tengo cosas que hacer, los documentos que menciona Eidan son de Alaska quiere saber todo de ella, pero algunas cosas parecen estar bloqueadas por el gobierno y lo desespera tener que esperar. Me voy a mi habitación quiero descansar tanto ajetreo consume mis energías, no sé en qué momento me quede dormido, pero cuando despierto mi celular está sonando lo tomo y es Lexy, es una chica bastante hermosa tiene piel blanca, cabello rojo y con un gran físico, de las pocas personas que aprecio, pero tiene un carácter que da miedo, siempre quiere sobresalir, ser la mejor y siempre lo consigue, contesto: -Se puede saber cuándo me ibas a decir que estabas en Londres? , o es que ya estas pegado al idiota de Eidan -Hola preciosa, cálmate que hay James para todos hace poco llegue y estaba durmiendo hasta que una bruja horrible me despertó -rio -idiota, cuando tengas tiempo ven a verme, cuídate.
Veo la hora y son las 3:40 pm Alaska debe estar en clases de natación voy a ver a ver cómo le va, la veo y noto que le cuesta aprender, siempre esta precavida a no perder el borde la piscina, el entrenador le pide intentar flotar sin ningún tipo de apoyo y fue muy mala idea, los nervios se apoderaron de ella y empieza a salpicar agua su mano se mueve en todas las direcciones tratando de encontrar el borde, no pasa mucho y el entrenador se lanza a ayudarla la ayuda a salir y se va sin decir ninguna palabra, la observo los dos siguientes clases que tiene y en todo momento tuvo la mirada perdida, solo la escuche reír en la última clase y fueron segundos, cuando se marcha el maestro se queda unos segundos sola y la veo llorar, no sé porque siento que parte de su alma se estuviera partiendo con cada lagrima, sus ojos se oscurecen de una forma tan caótica que su expresión denota un odio que nunca había mostrado hasta ahora, me voy al despacho y encuentro a Blake hablando -pues todos los profesores concordaron en que es una chica amable, atenta y que se esfuerza en aprender dice Blake -no me sirve que sea un tarro de miel, necesito ver mejoras desde ya dice Eidan se ve el enojo en sus ojos, así que prefiero callar lo que acabe de ver, Alaska oculta algo y me encargare de averígualo solo espero que mejore o si no sabrá que con Eidan Danvers no se juega.

Lo que el destino nunca nos dijoWhere stories live. Discover now