Capítulo 20 | Amar otra vez

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Estaba en la cama de la habitación de invitados en la casa de Billie.

Mi cara estaba sobre la almohada, presionando mi nariz, no tenía ganas de moverme.

Me sentía débil sabiendo que mi cumpleaños no había sido lo que esperaba.

—Alice, has estado todo el día ahí. ¿Quieres hablar?

—No.

—Tienes que comer algo, le dije a Lisa que preparara algo para ti.

—Gracias, Billie, pero no quiero nada.

—Verte así me lastima, cielo.

—Estoy bien.

—No, no lo estás, y es comprensible —sentí que la cama se hundió, ella se había sentado a un lado de mí y susurró —Está bien no sentirse bien, ahora tienes a alguien para sentirse así contigo.

—No creo que haya algo que me haga sentir mejor.

—Haré lo que quieras.

—¿Lo que sea? —levanté mi rostro, viéndola con los ojos entrecerrados.

—Lo que sea.

Y así fue como aproveché la primera oportunidad que tuve para que Billie hiciera lo que yo quisiera.

—¿Qué es esto, Alice?

—Es una mascarilla de avena —sonreí con satisfacción —No te muevas.

—Creo que me embarraste algo en el ojo.

—Casi termino...

En realidad ya había terminado, pero esa mascarilla hacía que sus ojos resaltaran en el color cremoso en ésta.

—De todo lo que pudimos haber hecho. ¿Esto era lo que querías? —sonrió —Pude haberte comprado una mascota.

—¿¡Me ibas a comprar una!?

—Dije que haría lo que quisieras, una mascota estaba en mi lista de planeación, o comprar ropa, siempre es una terapia.

—Me asusta la manera en la que me conoces tan bien, basquetbolista —encendí la pantalla gigante frente a nosotras —Pero el dinero no se compara con ver un reality show acompañada de ti.

—Si eso te saca una sonrisa, entonces estoy de acuerdo.

—Verte con esa cosa de avena puesta en tu cara, me saca una sonrisa.

—Casi me sacas un ojo, pero aún así me alegra haberte animado, aunque creí que me pedirías algo más...

—¿Más costoso? —interrumpí y asintió —Estás acostumbrada a que la gente te pida demasiado, ¿verdad? Me importas como eres, no tu dinero o tu nivel de fama.

Sonrió tiernamente, no necesitaba palabras para saber que esa sonrisa era de agradecimiento, era suficiente para hacerme sentir plena.

—Si no me hubieras sacado de esa fiesta, me habría quedado encerrada en mi habitación.

—Si no te molesta que pregunte... ¿Cómo descubriste lo que pasaba entre ellas?

—Las descubrí haciéndolo, sospechaba que estaba pasando algo desde antes, pero ya sabes lo que dicen... el amor es ciego —suspiré continuando —Ese día teníamos una cita, ella llegó tres horas tarde, había pasado docenas de veces y estaba tan harta de esperar que fui a su casa... la descubrí encima de Clarice.

Negó al escucharme, podía sentir la desaprobación que tenía en su expresión.

—Esa no es la peor parte... ella me dijo que fue mi culpa —mi expresión era triste, pero estaba esperanzada de que no se notara debido a la capa sobre mi cara —Dijo que fue mi culpa porque ella era mejor que yo, más linda, que tenía todo lo que yo no. Y Clarice no pudo contenerse para echármelo en cara, comenzaron a salir y a ser pareja, todo percatándose de que lo supiera... aún duele.

JUGADORA PERFECTA | BILLIE EILISHWhere stories live. Discover now