Capitulo 7

609 23 0
                                    


Ver como gracias a ella me logré poner el estúpido top en apenas unos segundos, no hizo más que certificar más aún mi torpeza ante ella, O al menos así me sentí yo. Daniela por su parte no parecía tener en el pensamiento nada más que no fuese que el hacerme sentir bien de alguna forma, aunque fuese con excusas que tan solo serían convincentes con un niño pequeño. Y eso no me ayudaba demasiado — ¿Cómo estás? ¿Has descansado estos dos días?

Sí, sí, he descansado. Oye... ¿Para qué diablos me tengo que poner esto? Me dijeron que tenía que venir con ropa deportiva o lo suficientemente cómoda, y ahora haces que me desnude.

—Tranquila, necesito que te pongas ese top para poder conectarte al monitoreo respondió tras lanzarme una mirada que de nuevo me dejaba completamente expuesta ante ella, Seguía semidesnuda, porque la dichosa camiseta al ser de un tejido parecido a una red, no me protegía absolutamente de nada. Mi pecho seguía prácticamente al descubierto frente a ella. —El resto está bien, llevas deportivas y esos leggins, por lo que vas perfecta. Eso sí, te vas a colocar el jersey que traías encima, no quiero quedarme sin personal disponible cuando te vean pasear por el pasillo con ese estilo... No tenemos suficientes desfibriladores para todos.

¿Un halago?, pensé y no dudé en escrutar sus ojos, sus gestos para saber si estaba riéndose de mí, o realmente había optado por hacerme sentir bien regalándome aquella broma a modo de halago.

Si. Había sido un halago. Su media sonrisa sincera no trató de pasar desapercibida, simplemente apareció en su rostro con naturalidad. —No es buena idea, ¿verdad? —agregué alargando la broma, forzándola a que continuase o se rindiera, como habría hecho en nuestra época estudiantil,

No, no lo es. Ponte el jersey que traías para cubrirte y vamos.. No podemos perder más tiempo—Sentenció, Y fue en ese instante cuando me percaté por completo de ella y su vestimenta. Los nervios y las excusas que trataba de armar en mi cabeza, no me habían dejado ser consciente de como Daniela me estaba mostrando una nueva imagen que yo desconocía por completo.

La anterior consulta me estuvo martirizando con la dichosa bata blanca que vestía para atender a los pacientes, y que era probablemente la mejor tarjeta de presentación para hacerme creer que era doctora, pero en aquel instante una nueva Daniela apareció ante mí. Una nueva Daniela que bien podría ser la protagonista de alguna de esas series de televisión basadas en los hospitales y sus trabajadores, que tanto gustan al resto de la población mundial, y que tan poco me gustaba a mí.

No. No llevaba bata, simplemente vestía uno de esos pijamas de un tono verdoso que suelen vestir los cirujanos, que realmente te certifican como trabajador de un hospital, y que tanta repulsa me provocaba. Porque, si poco cariño le tenía al color verde, tenerlo presente en aquellas circunstancias me gustaba aún menos, No obstante, y muy a mi pesar, a Daniela  le sentaba de maravilla hasta el más feo de los complementos, como siempre. Y digo a mi pesar porque aquel segundo encuentro con quien había sido mi antagonista, me trajo una nueva sensación que yo no esperaba ni por asomo que fuese a sucederme con ella, Una pletismógrafo pulmonar... - No tenía ni idea de lo que era, ni de lo que tenía que hacer ni de si me iba a doler, pero dicho en voz de Daniela, y tras aquel primer alud de pensamientos surrealistas que me abordaron mientras me vestía de nuevo, ni siquiera me atreví a cuestionarla para que me lo explicase, Simplemente me dejé guiar por ella a través de los pasillos del hospital, y permití que el destino siguiera su curso en aquella mañana. - No me duró demasiado aquel limbo en el que instalé mi consciencia. Fue ver la pequeña y claustrofóbica habitación, por llamarlo de alguna manera, y de nuevo los nervios regresaron a mí. Ni siquiera era una habitación, más bien era un cubículo, una cabina acristalada en el que solo cabía un pequeño taburete donde me senté, - y una serie de tubos que atravesaban el cristal frontal quedando a la altura de mi cabeza. Supuse que la incertidumbre se veía - perfectamente reflejada en mi cara, y Daniela no dudó en tratar de eliminar mis nervios de la mejor manera posible.

EN TUS MANOSTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang