CAPÍTULO DIECINUEVE. ESTO ES EL FIN DE UN NUEVO COMIENZO.

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  Kutari se sentía descansada. Las preocupaciones que le habían surgido antes habían desaparecido, sin embargo, no se habían marchado sin dejar en ella efectos secundarios. Un sentimiento de soledad estaba en su ser.

  Queriendo ver a su hermana, Kutari se levantó de su nueva cama y colocó la colcha que había deshecho al ponerse encima. La mayor de las mellizas salió de su cuarto y cerró la puerta detrás de ella de forma sigilosa. No sabía si los demás se habían dormido o estaban ocupados haciendo sus cosas, por lo que no podía permitirse molestarles.

  La joven caminó por el impecable pasillo, disfrutando del olor a limpio que ahora también residía en el castillo. No se fijó en que el olor a lavando y a pino, que era su favorito, permanecía ahora el del castillo ambulante. No fue tras varios pasos antes de llegar a la escalera que reconoció aquel olor. Se trataba de de los champús de Howl.

-¿¡Tanto champú se ha echado?! -Kutari pensó alarmada y se dirigió al baño, lugar donde provenían todos aquellos olores.

  Para la sorpresa de Kutari, la puerta estaba entreabierta, permitiendo que el vapor y los aromas se esparcieran por todo el pasillo. Ella se había dicho muchas veces que no podía tener la curiosidad de su melliza o las cosas saldrían mal para ella, puesto que no sabría resolverlas, pero esta vez no era un simple sentimiento de curiosidad. Era un impulso. Estaba demasiado preocupada por saber si el champú había sido malgastado o incluso vaciado que ni pensó en que otro residente del castillo pudiera estar dentro. Sus impulsos ahorradores la hacían ser una buena economista.

  Al principio, todo el vapor producido por las temperaturas del agua hacía que fuese imposible ver lo que se encontraba dentro. Aquello confió a la castaña. La joven abrió un poco más la puerta y se adentró lentamente en el baño. Tras haber dado unos pasos, una figura fue visible y Kutari no pudo hacer nada más que paralizarse.

  El único que podría malgastar tal cantidad de champú era Howl y ahí se encontraba, de pie en el centro del baño sin una toalla que pudiese cubrir su cuerpo. El único punto a favor de la situación en la que se encontraban ambos jóvenes era que Howl le estaba dando la espalda a la puerta, por tanto, Kutari no podía ver nada que fuera indebido.

-... ¿H-Hay alguien ahí? - Howl no quiso darse la vuelta.

-...¿No?- Kutari dijo confusa de sus propias palabras.

-¡K-Kutari! - Howl dijo poniendo rojo todo su cuerpo. - ¡N-No estoy visible!

-¡Ya lo sé, no te veo! -Kutari estaba demasiado nerviosa como para responder con coherencia.

-¡N-No me refiero a eso, mujer! - Howl dijo buscando una toalla con su nerviosa mirada. - ¡No estoy vestido!

-¡YA LO SÉ! -Kutari dijo cubriendo su cara con sus manos, sintiendo como lentamente se volvía en una copia de Calcifer.

  Howl buscó rápidamente una toalla y se la enrolló a la cintura. Su pelo estaba mojado y pegado a su espalda. Su blanca tez brillaba con las gotas de agua. Si Kutari hubiera podido observarle con detalle, no se hubiese contenido de llamarle belleza.

-¿Pasa algo, Kutari? - dijo aún nervioso.

-¿C-cuánto...cuánto champú has usado?

-¿¡S-Solo para eso casi me ves desnudo?! - Howl dijo incrédulo.

-¡No es algo simple! ¡No deberías malgastar champú!- Kutari regañó mientras se quitaba las manos de la cara, lista para enfrentarse a Howl.- ¡Olía a ti por todo el pasillo!

-No es mi nube de vapor lo que olía así. - Howl dijo sonrojado.- -Sé que tu aroma favorito es lavanda y pino, así que me estaba duchando con un champú que oliera a eso... porque... Oh, mierda. Sí que era mi nube de vapor lo que olía así.

EL DESTINO AMBULANTE (FANFIC DE "EL CASTILLO AMBULANTE") PRIMERA PARTE.Where stories live. Discover now