Capítulo 41

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Años atrás

Aitana

"No volverás a caminar"

"Lo lamento, es irremediable"

"¿Para qué quieres fisioterapia? No servirá de nada"

"¿Así que estuviste de obstinada? Todo porque eres su novia"

"No te preocupes, estoy obligada a tratarte bien"

Esas palabras y miles más, se repetían en mi cabeza como un disco rayado.

Le conté a Anne solo lo necesario, eso no incluía lo de que era novia de Joey.

— A ver si entendí -me mira-¿Les llevarás la contraria?

—Definitivamente. No me gusta que me digan lo que sí y lo que no puedo hacer, que me limiten. Lo odio.

—Pues te ayudaré—esboza un sonrisa.

—Me caes bien, Anne—admito.

—Tú también.

Hacemos otros ejercicios más y una vez completada la hora, espero que Sadie venga por mí.

—Aitana, Danna te espera afuera, ¿le digo que entre por ti?

—Porfa.

Me reacomoda en mi silla y mi mejor amiga ingresa.

Por más que me ayuda y toda la cosa, aún sigue furiosa conmigo.

Desde hace unas semanas evito a Joey. No lo llamo para que venga a casa y he cambiado de cerraduras para que él tampoco pueda entrar.

—Eres una inmadura de primera—me regaña.

Abre la puerta de mi departamento y yo entro. Las piernas no me funcionan y mis brazos están medio "estúpidos" porque no soy capaz de mantenerlos mucho tiempo. Tanto así, que necesito que me den de comer y en su correspondiente caso, que me ayuden a ducharme. Por supuesto, sobre que cobarde, inservible.

—Te estoy hablando—la voz de Danna vuelve a mis oídos—. Eres de no poder—dice entre dientes tirándose al sofá.

Coge una almohada de él, se cubre la cara y grita.

—Madura.

—¡Madura tú!—me la tira y yo no pude esquivarla—¿Qué mierda pasó entre ustedes? ¿Por qué de una semana a otra pasaron de besarse a distanciarse? ¿Por qué haces esto?

—¿Lo estás defendiendo?

—Solo quiero que me des un puto motivo para tus acciones. Una justificación. Creíble y coherente, gracias.

—No voy a hablar, Danna. Además, él ya no viene, seguro sigue ocupado con su trabajo y...

—A la mierda—se levanta abruptamente acercándose a mí—. Tú y tu orgullo pueden irse a la chingada. Lo estás haciendo de vuelta Aitana, y está vez nadie te está manipulando -toma su bolso y abandona el lugar dejándome sola.

Aún no me acostumbrado a mamá en una tumba lejos de aquí, en mi ciudad de origen. No tengo los medios para visitarla como quisiera.

Y....

No creo poder seguir así, sin Kovu. He guardado todas sus pertenencias en una caja, con la ilusión de que en un futuro, otra canino tendrá el honor de usar lo que fue de mi niño, que, a pesar de que estuvo conmigo poco tiempo, llegué a amarlo.

Muevo las ruedas y las manos me duelen. Ahogo mi llanto hasta llegar a el sofá. Abandoné la habitación desde que todo pasó. Tomo mi móvil, diez mensajes de Joey.

"¿Puedes al menos responder mi llamada?"

"¿ Por qué no me abres la puerta?"

"Aitana, ya basta"

"Ya pasó casi un mes. Sé que estás bien porque Danna me informa, pero quiero corroborarlo con mis propios ojos."

"¿Hice algo mal?

Y así, cinco más con mensajes similares. Suelto el móvil cuando su nombre en la pantalla aparece.

Suena, suena, suena y....

—¡Aitana!—la voz de Ben hace eco en el pasillo y acto seguido entra. Y entonces ahí me percato de que la puerta jamás se cerró.

—¿Por qué tanto griterío?

—Es...—intenta retomar aire—. Es Joey.


Cien momentos ✅  [ Libro 2 De La Biologia Cien]Where stories live. Discover now