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"_____"

Me levanté a duras penas y me metí a bañar, me dolía caminar pero sin duda alguna, soportaría este pequeño dolor una y mil veces. Luego de vestirme y arreglarme bajé  a desayunar. Ahí  estaba Francis de nuevo, ya me había acostumbrado a verlo por aquí.

-Buenos días _____, ¿Qué tal dormiste?- Hablo tranquilamente mientras me servía un plato de Hot Cakes.-

-Bieen, gracias por preguntar.- Respondi amable mientras me sentaba a comer.

Me sorprendía que el novio de mi mamá se tomara el tiempo de darme los buenos días y servirme el desayuno antes que mi propia madre.
Era un hombre agradable la verdad, era alto, castaño y usaba lentes.

-¿Se puede saber a que hora llego la señorita ayer?- Salió mi mamá de la cocina fulminandome con la mirada.-

-Temprano.-Hable mirandola de igual manera sin dejar de comer.-

-¿Te parece temprano llegar a la 1de la madrugada _____?

-No se de que hablas, llegué aquí a las 9 y no estabas.- Mentí mirando mi plato.

-Eres una mentirosa.- Alzo la voz acercándose.-

Pues si un poco, la verdad es que había llegado como a las 11, tampoco ella estaba hablando con la verdad. Era estúpido el hecho de que quisiera pelear por una idiotez pero claro, necesita desquitarse conmigo para estar tranquila.

-Cielo, déjala.- Hablo Francis tratando de calmar a mi mamá.

-Ya hablo la reina de la sinceridad.- La mire burlona.- ¿De quien lo aprendí mami?

Claramente el pobre intento de Francis de calmar  la situación no funcionó, porque me aventó lo primero que tenia a la mano, su taza. Con una precisión excelente que hasta el día de hoy admiro de esta mujer la taza dio justo en mi ojo y mejilla.

-¡No me importa lo que hagas o dejes de hacer!, ¡pero la gente habla! ¿¡No has escuchado lo que dicen de ti!?

-No, bye.- Pase la mano por mi pómulo- Disculpa Francis por hacerte presenciar a esta adorable mujer en su día a día.- Mire al hombre y él se acercó a mí tratando de ver el golpe, me levanté de la mesa y aguantando el dolor salí dando un portazo.-

Al mirar al frente estaba el rubio recargado en su auto, abrí los ojos sorprendida y no pude evitar sentir vergüenza. Seguramente había escuchado los gritos y visto el tremendo portazo que pegué.

Cruzamos miradas y tiró su cigarro al suelo, lo miré con una mueca

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Cruzamos miradas y tiró su cigarro al suelo, lo miré con una mueca. Sabía que no me gustaba que fumara en las mañanas sin antes haber almorzado o algo así.

-¿Qué haces aquí?

-¿No puedo llevarte a tu trabajo?

-Pues ya estás aquí- Sonreí - Claro que puedes...¿Cómo vas en tu trabajo?

Kairos. ▪︎//Billy Hargrove.  (corrigiendo) (resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora