Encontrar a tu destinado es de las cosas más lindas que pueden pasarte. Aunque no todo es perfecto, el amor siempre lo pude todo, pero a veces la Diosa Luna tiene deseos un poco retorcidos.
¿¡En serio Diosa Luna, mi tío!?
¿¡Dos alfas!?
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♡ Sun...
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Hace dos años había iniciado la relación oficial entre Jake, Sunghoon y Sunoo. Se podría decir que han sido los mejores de toda su vida. Llenos de besos, caricias y mucho amor para darse entre ellos.
Fueron incontables noches de películas, salidas, guerras de almohadas... pero todos terminaban con algo en común, y era con los tres acurrucados en el colchón, dándose mimos y diciéndose lo mucho que se amaban. Pero eso no es todo, aún faltan muchos años más.
Hace unos meses atrás Sunoo había cumplido la mayoría de edad. Fue un día muy especial para el omega, lleno de regalos por sus dos alfitas.
Decoraron la habitación del menor con globos, rosas y peluches, incluso había un pastel en medio de la cama y cajita que contenía tres anillos de promesa.
—Ten cuidado al caminar, no queremos que nuestro bebé se golpee— le regañó Sunghoon a Jake, quien llevaba a Sunoo con sus ojos cubiertos por una venda.
—Soy muy cuidadoso cuando se trata de nuestro omega— puchereó Jake.
—Oigan puedo oírlos, no peleen, porque si lo hacen los dejaré durmiendo en el sofá.
—Ya llegamos amor— río nerviosamente Sunghoon, mientras quitaba la venda de los ojitos de su noviecito.
Sunoo se quedó perdido admirando los hermoso que se veía todo.
Habitación de los chicos
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Soltó un pequeño sollozo, el cual fue escuchado por ambos alfas, quienes inmediatamente se asustaron pensando que no le había gustado la sorpresa.
—¿Cariño, estas bien?— preguntó Sunghoon rodeándolo con sus brazos.
—¿Sucede algo?— preguntó preocupado Jake.
—¿No te gustó?.
—Si quieres podemos cambiar la decoración.
—¡Idiotas, no tienen que cambiar nada, me encanta!— les regañó Sunoo dándoles un pequeño golpe a cada uno en su brazo, viendo como estos llevaban su mano para acariciarse el lugar recientemente golpeado.
