Capítulo 7

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Me levanto de la camilla cuando ya es por la mañana.
Hace una semana que Dane viene a visitarme todos los días.
Extrañamente siento que soy feliz.
Bueno, "feliz", me desperté odiando menos cosas que de costumbre. Eso no es felicidad, supongo.
Jennifer entra a dejarme la pastilla, con el agua, como todas las mañanas.
-¡Oye! -dice sonriendo-, sonríes.
Asiento y me río.
-El nuevo efecto Dane Amell esta arrasando contigo, niña -bromea
-¿Que dices? -pregunto.
-Que te gusta él.
Mis ojos se abren como platos. -No me gusta Dane -respondo
-En absoluto -responde irónica.
-Ya basta Jen, porque el chico se haya quedado ayer, y otros días, no significa que el me guste, y mucho menos que lo haga yo -introduzco la pastilla en mi boca y bebo un trago de agua-. Es decir, nadie se enamora de un moribundo.
-¿Eso es lo que crees? -pregunta
-Sí -respondo fría-, eso es lo que ES.
No dice una palabra más y entonces, se va.
Odio luchar con ella y su realidad de cuento de fantasía.
Dane Amell. Bonito nombre.
-Esa es la realidad querida -susurro cuando ya no hay nadie en la habitación.
Veo a Pippa a mi lado, y la ventana, que da hacia afuera.
Me pregunto cuánto tiempo hace que no como una hamburguesa. Ah cierto, desde que mi madre me abandonó aquí, claro.
No sé que fecha es, entonces tomo mi móvil, y pulso un botón para que se prenda la pantalla.
Mi fondo de pantalla es una foto con Connie. Que cruel.
La última conversación por mensaje que tengo es con Emma.
Emma era mi única amiga. Antes de que todo esto pasara. Y luego cuando le contaron que yo estaba en un hospital se alejó, por "miedo" a que todo esto fuera "contagioso".
Y entonces ahí acabó mi amistad con la única amiga que tuve en casi dos décadas.
Y sí, me he hablado con Jennifer, y la podría considerar una amiga, pero quizás no puedo confiar en ella como lo hacía con Emma por una razón: sentía confianza con ella porque era mi par. No alguien mayor.
Y Jennifer lamentablemente lo es, y es mi doctora. No puedo contarle a ella libremente cuándo tengo ganas de morir, o cuánto odio que viva el mundo color de rosa donde todos consiguen lo que quieren y la vida es feliz y plena.
Porque quizás su vida haya sido así y esa sea su realidad. Pero mi vida, es la misma que mi realidad. Es todo uno. Realidad y vida de Jenna vienen juntas de la mano a golpearme la cara. No hay mucha ciencia.
Paso toda la tarde sola, toda la noche, el resto del día sola.
Dane no ha venido, y mis sospechas son que quizás, y solo quizás le ha pasado algo, y casi todo mi ser me grita que nunca le importé y que era obvio, porque soy idiota, y fea, y moribunda, etcétera etcétera.

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