I'm not the only one

La puerta de la casa se abrió lentamente, todo estaba tan vacío y callado como siempre, era tanto el silencio que el chirrido de la puerta hizo eco en la casa de una manera tan escandalosa.

Con el poco ánimo que le quedaba en su ser puso el pie fuera de la casa e inmediatamente sintió el frío de la madera tocar su piel, aunque aquella sensación a muchas personas les hubiera hecho meterse para a él no fue así ya que justo ahora lo único que deseaba era salir a ver con sus propios ojos aquello que por tanto tiempo lo hizo dudar, aquello que lo llenó de inseguridad y que dejó a su autoestima por los suelos.

Siguiendo con aquella acción puso su otro pie con duda contra la madera del porche, y cuando todo su cuerpo quedó fuera de la casa inmediatamente un abismal frío lo abrazo por todas sus extremidades haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo y erizara su piel, el viento se instaló debajo de su ropa y la hizo ondear permitiendo que su cuerpo se enfriara más.

Cuando salió sus pies aun descalzos tocaron la nieve que seguía cayendo, y tomándole poca importancia caminó entre ella sintiendo como se congelaban conforme iba avanzando y justo al llegar a la puerta de la entrada se quedó parado frente a ella preguntándose si era correcto ir a buscarlo o si debería esperar y tragarse las mentiras que le diría cuando regresara.

Su nariz moqueaba, sus ojos estaban hinchados y de ellos aún salían pequeñas lágrimas que recorrían su rostro hasta caer en la nieve. Había pasado toda la noche y la mitad de la madrugada llorando y preguntándose por qué él era quien estaba pasando por todo aquello, qué era lo que había hecho mal.

Su llanto no parecía querer terminar, estaba aterrado, tenía tanto miedo de ver con sus propios ojos la verdad que tanto ha querido negarse a aceptar. Aquella era su rutina de cada semana, sus amigos siempre le llamaban para insistirle que por favor lo dejara que él seguía engañándolo y que solo se lastimaba a sí mismo.

Todas las llamadas y los mensajes en donde se repetían las mismas palabras le dolían, le dolía ver adjuntada con aquellos mensajes las fotos en las que siempre Taehyung salía junto a alguien más, aunque siempre se negaba a creer que él haría eso sabía muy en el fondo que todas las fotos en las que aparecía besándose con chicas eran ciertas. Pero su corazón le decía que no creyera, que recordara las tantas promesas que se hicieron antes y después de casarse, que recordara los bellos momentos que pasaron durante sus años de noviazgo y los primeros años de su matrimonio.

Cuando al fin se decidió por abrir la puerta siguió caminando con la esperanza de llegar a aquella dirección que le fue enviada. Sus pasos eran silenciosos comparado con el ruido de los pocos autos que pasaban por la calle. Quizás deseaba haber tomado un abrigo y unos zapatos antes de salir, pero su mente le impidió pensar con claridad y solo actuó impulsivo después de haber llorado por más de tres horas seguidas.

Durante la noche de ayer estaba esperando con ansias y emoción el día siguiente. Justo cuando dieran las doce en punto sería el sexto aniversario de su boda, había preparado una cena tan especial para Taehyung y con ella la maravillosa sorpresa de la carta de aceptación para la adopción que llegó a sus manos el día anterior. Aquella cena la había hecho con cariño y dedicación tanto así que durante el día pasó horas y horas haciendo la comida, buscando la decoración indicada que iría de acuerdo con la sorpresa, sin contar las horas que paso buscando verse más lindo para su marido, el maquillaje sutil, el traje ajustado y el collar que agregó como accesorio lo hicieron sentirse bonito por primera vez después de casi dos años enteros.

Pero aquella alegría que tenía se fue por la borda cuando le llegó un mensaje de un número desconocido, en él la persona aseguraba ser la amante de su esposo por más de un año y medio, y junto al mensaje estaban incontables fotos que lo hicieron romper en llanto conforme las iba viendo.