🌬 Una familia misteriosa llegó a Hawkins.
Nadie sabe sus nombres, nadie sabe donde viven y nadie sabe porque mantienen su vida en secreto.
Will Byers desaparece, levantando sospechas en ellos.
Tres chicos arman un plan con tal de conseguir respues...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
☆ ————☆
Llevaba más de media hora rogándole que me dijera su nombre, y ella —por obviedad— no aceptaba.
En este punto comenzaba a rendirme, pero eso no era una opción para mí, tomando en cuenta que soy muy terco con cosas que deseo saber.
De todas maneras, tengo un punto importante en mi tarjeta, que es una idea sobre donde puede quedar su casa.
Lo guardaré para después.
Will está desaparecido, quiero dejar de mostrar interés hasta que lo encontremos, ya a partir de ahí, puedo continuar con mis planes. Sin embargo, aprovecharé que se encuentra en las mismas cuatro paredes que yo, así que no dejaré pasar la gran oportunidad.
Se acercó de nuevo, quedando su rostro a centímetros del mío. Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal por el miedo que sentí al ver sus ojos tan de cerca.
Bien, admito que no lo pensé cuando decidí investigar su caso. Ella da un maldito miedo que te cagas encima.
—No te diré mi nombre —con un manotazo, golpeó mi frente para alejarme.
No entiendo a las niñas, primero se acercan y luego me alejan.
¡Decídete, mujer!
Volví a centrarme en mi entorno.
Por lo poco que entendí, llegaron a un acuerdo, y era el que se quedarán ambas a dormir. Después se la llevará por la mañana a la policia y resolverán lo que sea que haya pasado.
Muy mala idea.
Negué con la cabeza con frustración, viendo por el rabillo de mi ojo esa cabellera rubia.
—¡Una pista! —insistí, haciéndolos dar un brinco del susto. Encogí los hombros luego de darme cuenta lo alto que había hablado. —Lo siento.
—No.
—Dustin, vamos, no te lo dirá —Lucas hizo una mueca. —Hagas lo que hagas, no lo hará.
—¿Empieza con la letra...?
—Mejor hazle caso a tu amigo.
Temía por mi vida ya que jugaba de vez en cuando con su arco, pero la duda gana.
Opté por tomar una postura recta y miré fijamente a las escaleras, mi pie subiendo y bajando por los nervios que me provocaba su simple presencia.
Por un microsegundo la miré, ganando un leve golpe en la nuca —sin fuerza— para que me centrara en hablar con Mike y reconsideraran lo que harán.
Era claro que Lucas no estaría de acuerdo que se quedaran aquí.
—Puede hablar —añadió Wheeler, tratando de convencerlo.