O R I G E N

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Una mujer se encontraba de pie frente a ellos con una expresión de enfado.

Y de pronto, todo comenzó a acelerarse mientras Callen veía pasar todo ante sus ojos hasta llegar a la sala de clases en donde se vio si mismo junto al estudiante que había visto con anterioridad.

—¿Debería hacerte un favor y acabar con tu vida?

Callen quedó atónito ante la pregunta de su yo adolescente.

—Eso sería mejor que este infierno— susurró.

—Entonces déjame ayudarte con eso.

Se paró frente a él y lo tomó del uniforme para arrastrarlo hacia el ventanal de la sala.

—¿Qué haces?— irrumpió Callen con pesadumbre.

—Wow, es realmente alto, aun así, ¿deseas volar?— preguntó burlón mientras observaba los seis pisos que los separaban del pavimento de la planta baja.

El estudiante llevó la mirada hacia Callen.

—¿Quién de los dos crees que es más probable que vaya al infierno? Yo apuesto por ti.

Formó una sonrisa malévola.

—Yo también apuesto por mí.

—¿Últimas palabras?

—Espero que disfrutes de la calidez del infierno y arda hasta la última parte de ti.

Sonrió y soltó sus dedos uno por uno hasta que llego al último.

—¡No lo hagas!— gritó Callen a la distancia.

Y Callen adolescente giró la mirada hacia Callen adulto.

—Saliste tarde— esbozó hacia él con una mirada triunfante.

—¡No!— gritó en un desespero, pero ya era tarde.

Y corrió hacia el ventanal para llevar la mirada hacia la acera.

El estudiante estaba esparcido sobre el pavimento con la sangre desparramándose a su alrededor mientras los gritos de los estudiantes a su alrededor comenzaban a oírse.

Giró la mirada hacia Callen, quien había tomado su bolso, salió caminando de la sala de clases con tranquilidad mientras un silbido salía de sus labios.

—¿Cómo pudiste hacerlo?— interrogó Callen con una expresión de terror.

Salió tras él y observó como su expresión cambiaba a medida que llagaba a la plata baja del instituto.

—¡No!— gritó desconsolado— ¡Deo, ¿qué has hecho?!— y se abalanzó sobre su cuerpo mientras unas lágrimas acompañaban su actuación.

Callen observaba la escena con completa conmoción, no era posible que fueran la misma persona.

—¡No pude haber hecho eso, no pude haber matado a alguien!— se autoconvenció.

Y nuevamente todo comenzó a pasar en cámara rápida.

El nuevo instituto, los tres estudiantes y luego, Keelan.

—¡Lo hemos matado!—esbozó Callen nuevamente en un estado de conmoción.

Los días pasaron y de pronto, Callen se encontraba cerca de un barranco y a la distancia observo a Callen caminando, mientras que otro de los estudiantes involucrado en el accidente de Keelan iba tras él.

Lo próximo que vio fue a Callen, adolescente aterrizando de espaldas sobre una gran roca.

Estaba de pie en el pasillo de un hospital y rápidamente caminó hacia una de las habitaciones.

SOMNUS © ✔Where stories live. Discover now