Izuku se observó en el espejo, tenía la cara roja y los ojos inyectados en sangre, suspiraba pesadamente intentando evitar que las lágrimas salieran y se soltara a llorar.
Se veía horrible, suspiro entrecortado mientras su labio inferior temblaba frenéticamente y de sus ojos salían algunas lágrimas.
Miró su enorme panza donde se veían varias líneas debajo que seguían hasta pasar por los costados de su cadera hasta sus regordetas nalgas, estaba más rellenas de lo normal, tenía más carne en sus muslos, que ahora eran blandos al igual que su trasero.
Tenía planeado solo tomar un baño, pero inevitablemente se desnudo frente al espejo de cuerpo completo que habia en la habitación, tenía días que no se veía el cuerpo como tal.
Pues Katsuki siempre lo mantenía distraíado entre mimos, caricias y otros cosas, pero jamás esté intento pasarse o intentar algún moviento sexual como normalmente lo hacía, este solo lo besaba y lo acariciaba.
Ahora entendía porque. Ni siquiera el mismo le gustaría estar con alguien con un cuerpo así.
— ¡Soy horrible! — sollozo abrazando su panza y siguió observando su espantoso cuerpo en el espejo como una tortura auto impuesta.
Katsuki que pasaba por allí para dirigirse al jardín, observó la puerta entre abierta de la habitación y miró a su Omega con una pequeña braga que desaparecía entre esas nalgas carnosas.
La sangre bajó directamente a su pene, sin poder evitarlo su respiración se volvió pesada, era muy estimulante ver como con cada movimiento que Izuku hacia las bragas se metían aún más en ese delicioso culo pecoso y como si fuera un animal asechando a su presa entró como un depredador a la habitación.
Izuku que sollozaba bajito observó entre sus ojos cristalizados a Katsuki por el espejo con una mirada oscura.
— ¡Kacchan! — exclamó dandose la vuelta. Katsuki sonrió de medio lado.
— ¿Por qué no me invitaste a ver esta obra de arte? — ronroneo Katsuki complacido con la vista, podía observar los pecho abultados y duros con leche materna, y esa panza que cubría la parte vestida, apesar que sabía que estaba con unas braga no podía evitar pensar que estaba completamente desnudo.
Mientras Katsuki fantaseaba con la mirada puesta en el cuerpo de Izuku, el Omega tembló hechandose a llorar. Él no parecía una obra de arte, era un horrible pedazo de masa mal amasado.
Katsuki salió de sus oscuros deseos y observó como Izuku lloraba, sin entender y con el pene casi duro se acercó a él.
— ¡No! ¡No quiero que me mires así! — Grito Izuku poniendo una mano enfrente del rubio impidiendo que se acercara más.
— ¿De qué hablas? Ya conozco todo ese cuerpo ¿que quieres que no vea? — ronroneo Katsuki pensando en otras cosas. Izuku frunció el ceño.
— ¡Esto! ¡Soy asquerosamente horrible! — sollozo el Omega señalándose, las lágrimas salian sin control. Katsuki lo observó y frunció el ceño tratando de encontrar lo asquerosamente horrible que Izuku le señalaba. No encontró nada. Solo encontró carne y más carne, carne que le encantaría morder, besar y apretar. Pensando en eso se acercó a cumplir esos pensamientos. — ¡Katsuki! ¿¡A caso no me estas escuchando!? — reprochó el Omega con la cara roja de enojo mirando a su Alfa pestañear.
— Izuku, de verdad aún no entiendo tus cambios de humor, pero estoy Malditamente duro por tu culpa. — gimió Katsuki, su ereccion había crecido lo suficiente como para dolerle y estába entrando en desesperación al sólo poder observar como ese delicioso y regordete pedazo de carne se movía.
Izuku lo miró confundido aún soltando lágrimas
— ¿Duro? ¿Por qué éste asqueroso desastre te pondría duro? — inquirió haciendo una mueca y apretando una de sus nalgas donde se veían sus pecas junto a las líneas de estrías. Katsuki trago grueso ante el moviento. — Esto es horrible... Yo soy horrible. — sollozo entre una mueca mientras estrujaba mas violentamente su carne en un intento de quitar todas las líneas.
Mientras que Katsuki estaba sufriendo un ataque en el pene al ver tal escena frente a sus ojos. ¿A caso Izuku no entendía cuanto le ponía cada cosa que hacía?
— Izuku — gimió Katsuki llamado la atención del nombrado. Se acercó a él haciendo que Izuku retrosediera y estuviera apunto de protestar pero Katsuki lo acorralo contra el espejo y habló antes que él:— Joder ¿podrías dejarte de hacer sufrir a tu maldito alfa? ¡Maldición me va explotar el pene!
— pero... — tembló Izuku. Katsuki se acercó más a él, hasta que la barriga se lo impidió, sonrió sin poder evitarlo.
— ¡Pero mis bolas! — exclamó Katsuki sostiendo el mentó de Izuku y secando las lágrimas que aún salían, miró los brillosos ojos de su amado tratando de concentrarse en eso y no en lo doloroso que se encontraba su polla dentro de los pantalones — Escuchame: Todo esto... — Katsuki bajo sus manos pasandolas por el cuerpo de Izuku y apretando los pecho, la cadera, las nalgas y los muslo de Izuku haciéndo que este suspirara ante el tacto un poco brusco de su alfa. — me prende como no tienes una idea, eres jodidamente caliente.
— Es que... Pensé que tal vez te daba asco estar conmigo, en los meses que llevo de embarazo no me has tocado y-y yo... — el labio le tembló y sus ojos volvieron a derramar lágrimas.
— No, bebé — suspiro Katsuki secando las lágrimas y dejando besos en las regordetas y pecosas mejillas — no he estado contigo porque la doctora Kayame me dijo que no podemos tener relaciones, recuerda que tu embarazo es muy delicado y no podemos arriesgarnos a que ocurra un accidente — y acercándose al oído de este susurro con sensualidad: — y sabes perfectamente que nosotros no somos nada delicados...
Izuku jadeo al sentir la lengua de Katsuki pasearse por detrás de su oreja.
— Entonces tu solo estabas... — Izuku suspiro ante los toques de su Alfa por todo su cuerpo — ¿Aún piensas que soy bonito?
— ¿Bonito? — Katsuki rió ante lo absurdo de esa pregunta causándole escalofrío al peliverde que lo sintió en su cuello, dejó un beso sobre la glándula de olor donde estaba su marca — Eres jodidamente caliente. — Izuku sonrió dejando que Katsuki lo besara en los labios con una pasión tan grande que lo dejaba sin aliento — ¿porque mejor no me ayudas con mi problema? me encantaría probar algunas cosas. — ronroneo mientras apretada uno de los pechos rellenos de leche materna.