❛ más bella que una miss venezuela↭Vernon, Seventeen.

💸ヾPrefacio.

—De verdad que tratar con estos chamos es como tratar con carajitos —murmuré viendo al ejército de idols de Hybe que estaban hablando animadamente entre sí, riendo y echando broma como si este fuese un parque de diversiones y no un lugar de trabajo —. Perfecto todo, pues.

Debería decirles que debemos comenzar a trabajar.

Pero, es que estoy tentada a unirme al bochinche.

Aiuda.

—Disculpen, —la voz de Xhiu Tang me sacó de mis pensamientos, y como si hubiese leído mi mente, llamó la atención de todos los artistas presentes. Su altura lo hacía verse imponente y llamativo, y gracias a que estaba detrás de mí, las miradas que se clavaron en él rápidamente cambiaron a estar en mi dirección —porfavor presten atención. Nuestra presidenta la señorita Luz les explicará personalmente de lo que se trata todo en el proyecto.

Tan pronto la mirada de los idols y de sus representantes cayó en mi, se confundieron un poco. Después de todo, quién había contactado con sus representantes para explicarles el contrato que Hybe había hecho con Mitology había sido Xhiu Tang y no directamente yo.

Como mi asistente personal de este tipo de cosas se encarga Tang, yo me encargo de convencer a los y las mero meros de las empresas -aka, las presidentas y los presidentes, los CEOs, blah blah- a firmar contratos y crear alianzas además de ocuparme personalmente de los proyectos importantes de todas las marcas -basicamente los que tiene mucho, mucho biyuyo de por medio-  y empresas bajo Mithology para asegurarme de que no haya ni un solo error.

Si hablamos de contactar a los modelos o idols, o lo que sea, que trabajaran con Olimpo, o de las tiendas que distribuirán los productos de Eden, o contactar con los creadores o actores de los proyectos cinematógraficos que Roma busca producir, Xhiu Tang es el encargado y quién está detrás de todo ese proceso; justamente eso sucedió ahora, por lo que todos ellos creían que el presidente de la empresa era él.

So, yo parecía una pulguita a comparación del aura aterradora que Xhiu Tang emitía y se les hacía difícil pensar que verdaderamente era yo lo que estaba detrás de esta serie de empresas que se estaba apoderando del mercado internacional y no él.

Estos están más perdíos que yo visitando Seúl por primera vez, y eso ya es decir bastante marico. Hasta me puse a llorar porque ví a un niñito llorar igual perdido como y

—¿Pre...sidenta? —murmuró uno de los miembros de Seventeen, con la mirada más perdida de todos, como si de repente hubiese aparecido en una dimensión completamente desconocida.

Ah, a este chamo ya lo ví antes. ¿Dónde fue...?

¡YA SÉ!

Lo ví en Titanic. Mira, yo soy es un coco.

Piensa de nuevo, mujer.

Bueno, pues, perdón conciencia de la verga. Cállate y dame la respuesta, ¿para qué coño me sirves?

—Él es... —susurré para mí misma, quemando una gran cantidad de neúronas para dar con su nombre.

Es...

Es...

¡Es el chamo de las escaleras!

Sonreí feliz al caer por fin en donde lo había visto antes.

Que cosa más loca. El mundo es una lentejita.

Miré la tarjeta pegada en su sudadera púrpura pastel con curiosidad para poder descubrir su nombre.

"Vernon".

Arrugué la nariz con desilusión.

Uh, dudo que ese sea su nombre.

Tal vez deba seguir diciéndole Leonardo DiCaprio chiquito.

—¿No eres muy joven para ser la presidenta? —cuestionó uno de los representantes presentes, observandome de manera escéptica y con una pequeña mueca en su rostro, casi con burla y desagrado —. Estoy seguro que te he visto en revistas, más solo te mencionan como modelo.

Aquí vamo' otra vez.

Alcé una de las comisuras de mis labios, sonriendo de manera malasangre y mirando tras los vidrios de mis lentes al mamarracho tipo este.

Buena vaina. ¿Crees que eres el primer maldito que me dice eso?

—Sí, sí lo soy —imité el tono de Phineas mas endurecí mi mirada hacia todos aquellos que me veían como si yo siendo la presidenta fuese solo una mamagueva broma totalmente imposible de creer, observando como ellos se tensaban con rápidez ante mis ojos —. Pero, si, soy la presidenta, modelo ocasionalmente pues es mi hobbie. Me llamo Estefanía Luz Acacio, es un gusto.

Me incliné unos cuantos centímetros haciendo una reverencia, todos los presentes me imitaron algo mas rigídos por mi cambio de actitud.

Bueno, ¿qué esperan?

Nada más un comentario y ya me hicieron sacar mi yo bruja.

—Vine personalmente a darles la bienvenida para que sea más cálida, el contrato con Hybe es especialmente extenso, por lo que verán este lugar por un largo tiempo. Este es un proyecto grande así que, de igual manera yo me encargaré de él, con eso dicho también verán esta cara varias veces —decidí no ser tan coño e' madre y suavicé mi expresión cuando mis ojos se dirigieron a los idols —. Espero que no les dé miedo, no tuve mucho tiempo para maquillarme hoy y parezco senda loca.

La mayoría rió ante mi comentario.

—No te preocupes, yo ni dormí —escuché un bostezo y miré a una enana pelinegra y pecosa que ya conocía bien junto a sus, también conocidos, postes de luz que la hacían ver aún más enana —. Parezco la carajita del aro, mana.

Gimena es una vaina seria, ni alrededor de la demás gente me respeta.

Carajita del coño.

—Joda, quien diría que eras toda una empresaria mujer —Lilith mordió una papita frita de la bolsa que tenía en su mano —. Me siento estafada, creí que eras mortal como uno. Ya no se puede confiar en la gente.

—Dice ser mortal siendo una idol, mírala a ella —Axel chalequeó estirando sus brazos sobre su cabeza —¿si me compras una isla, mimol? seré un gobernante justo y le pondré tu nombre a un pedazo de terreno.

—si él pide una isla —Ariana, que estaba junto a JungKook, me miró con los ojos brillando —, yo también quiero una ¡la llamaré Ari-zuela y la comida tradicional será la panqueca!

very-nice.

Bueno, ahora debo dos islas.

—¿¡Presidenta?! —volví a escuchar la voz de Vernon exclamar sin poder créerselo aún, su expresión estúpefacta era graciosa, hasta Gimena sacó su teléfono para sacarle una foto.

Ese meme va a estar arrechisímo.

—Si, presidenta —sonreí —. No creí que ese "ojalá nos veamos pronto" fuese tan arrechamente pronto, Leonardo DiCaprio chiquito.

Al escuchar mi apodo, sus mejillas se sonrojaron tanto hasta que el color agarró a sus orejas.

Que cuchi.