Capítulo 33 El Palacio De Topkapi.

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El palacio ahora era tranquilo, el sultán seguía viendo mujeres de una sola noche, que al final ninguna llamaba su atención.

Hürrem se la pasaba en el jardín, mientras sus hijos estaban ocupados en otras cosas.

Hürrem se la pasaba en el jardín, mientras sus hijos estaban ocupados en otras cosas

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Mihrimah se la pasa en su habitación, solo pensando que sería de su vida.

Siempre estaba en sus aposentos, donde entraban cartas y regresaba la respuesta al joven con quien tenía tiempo sin verse.

Apenas vea a su padre, quien estába muy ocupado en los asuntos del imperio

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Apenas vea a su padre, quien estába muy ocupado en los asuntos del imperio. Mientras pensaba eso, una de sus criadas entró a sus aposento.

-Mi Sultana - Dijo haciendo una reverencia -

-Qué es lo que pasa ahora? - Preguntó -

-Le a llegado esto Sultana - Respondió dándole una carta -

-Esta bien te puedes retirar - Dijo con una sonrisa tomando la carta mientras la criada se iba -

-Esta bien te puedes retirar - Dijo con una sonrisa tomando la carta mientras la criada se iba -

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La carta era escrita por un joven, quien le había escrito un poema.

"Mi amada, mi luna y mi sol. No aguanto sin ver tu bello rostro...
Estos días son una eternidad sin verte".

Mihrimah soltó un suspiro para luego que su cara formara una sonrisa al leer aquello.

"Ella no es mía, tampoco soy suyo, lo nuestro es temporal, somos un préstamo voluntario de momentos inolvidables que quizás duren la vida entera".

Al terminar de leer la carta la guardo y fue a escribir la respuesta. Emocionada y feliz por lo que aquella pequeña nota decía.


Aunque todo eso le dirá felicidad por las palabras del joven en la carta, ello no cambiaba sus sentimientos por Malkocoglu Bali Bey. De quien era su corazón.

Después de los meses que tenía de embarazo, Hürrem todavía pensaba en el destino de sus hijos

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Después de los meses que tenía de embarazo, Hürrem todavía pensaba en el destino de sus hijos.

Pero dejando eso a un lado, ella ya era algo más tranquila. Después de todo eso le convenía.

Ella pensaba más en el destino de Mihrimah, ya que ella era la que más podía ayudar en que uno de sus hermanos suba al trono. Pero ya convenía con las actitudes de los Shezade, para elegir al correcto.

Mientras pensaba eso una de sus criadas trataba de romper el silencio que estaba en sus aposentos.

-Mi Sultana, No es necesario que se preocupe por su hijos ahora. Ninguno está en peligro - Hablo su criada Nilufer -

-Eso es lo que cres pero en sí. Nuestro Sultán a visto a la misma mujer?
- Preguntó -

-No mi Sultana, es raro que el Sultán acepte a mujeres en sus aposentos
- Respondió mirando al piso-

-No mi Sultana, es raro que el Sultán acepte a mujeres en sus aposentos- Respondió mirando al piso-

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-Te puedes retirar, Nilufer - Dijo en voz sería mientras la criada se retiraba -

Hürrem soltó un suspiro, ahora era raro que aceptará mujeres en sus aposentos.

-Veamos que sucede - murmuró Hürrem - Nadie a hecho nada y el palacio es tranquilo.

-Veamos que sucede - murmuró Hürrem - Nadie a hecho nada y el palacio es tranquilo

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𝐋𝐚 𝐑𝐨𝐬𝐚 𝐑𝐚𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐃𝐞𝐥 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora