Capítulo 1: ¿Quizás o...?

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Notita:
Esto es ya la nueva versión, así que es de importancia que lo lean desde el primer capítulo.
Espero lo disfruten <3.
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Capítulo dedicado a: DianelisBeatriz

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—Entonces dime, ¿aceptas?—le pregunté al fin, mi corazón latía con fuerza, ¿y si se negaba otra vez?

—Acepto, seré tu falso novio por un tiempo, a cambio tú no contarás nada sobre esto —asiento un par de veces—. Bien, a partir de ahora tú y yo, somos pareja.

—Vale. —Mis nervios se aflojaron un poco.

Unas semanas antes:

—Liz, entonces... ¿Sí conseguiste un novio? —preguntó mi madre y asentí- ¿Cuándo me lo vas a presentar?.

—En unas semanas, madre.

—Esta bien, espero que el chico sea guapo e inteligente, que no sea ningún pulgoso de por ahí, pero con lo que traes... —Le miré haciéndome la confundida. Ya sabía por dónde iba a ir esto.

—¿Por qué lo dices?

—Pequeña, es fácil deducirlo, simplemente es porque está contigo. —Procedió a seguir comiendo y mirando su celular sin prestarme atención mientras yo apretaba el tenedor tan fuerte con mis manos hasta que mis nudillos se habían tornado algo blancos. Bajé mi mirada y dejé la comida, de igual forma hace rato que había perdido el apetito, no tenía hambre.

Oí como murmuraba algo, pero en este momento no quería escuchar absolutamente nada que viniera de su parte.

Fui en camino hacia mi habitación, buscando algo de paz en esta, no había un solo lugar de mi casa en el que lograra encontrar paz.

Pero por lo menos aquí podía agarrar un libro y leer, leer cualquier cosa que lograra hacerme olvidar el mundo a mi alrededor, todos estos problemas, cansancio, estrés y más. Por lo menos esas horas en las que que me sometía a otro tipo de realidad, una que no fuera la mía.

Unas horas más tarde el sueño me atrapó y logré dormir.

Me desperté gracias a mí queridísimo gatito, Rocky, quién comenzaba a tener una muy bonita costumbre de aruñarme el abdomen cada mañana para poder despertarme.

-¿Tienes hambre? -pregunté, pero no se quitó de ahí -¿Acaso quieres arañarme más duro? -Pregunté ya cansada y éste clavó sus garras un poco más fuerte que de costumbre- ¡Ah! ¡¡Rocky!! -Grité exasperada.

Éste soltó un gran «Miaaauuu» para luego bajarse e irse corriendo rápido hasta la puerta, cuando se volteó y vio como yo aún no me levantaba, se devolvió, mientras podía jurar que tenía una sonrisa maliciosa en su cara, se acercó y se acostó en mis piernas, le acaricié suavemente y éste me la devolvió con un rasguño en mi mano.

—¡Rocky, ya basta! —Me dolía la cabeza, joder.

Él soltó un ronroneo suave, mientras se lamia la patita con la que me había lastimado hace tan sólo unos segundos.

Ecos De Un Corazón  (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora