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Rose

Mi cuerpo se estrelló contra la firme pared, el dolor en mis costados aumentó. Él estaba enfadado por algo milagrosamente secreto, algo que no se molestó en explicar. Pero explicar no era necesario cuando él tenía puños, cuando tenía piernas, cuando tenía fuerza. Podía utilizar cada una de sus ventajas como sus mejores habilidades a la hora de dejar salir su ira, y eso era exactamente lo que decidió hacer esta noche. Yo siempre parecía ser el saco de boxeo perfecto para él, para dar sus golpes.

Pero mientras tomaba otro largo trago a su cerveza antes de que yo pusiera mis manos al revés en mi cara, supe que esa noche era el momento. El momento para finalmente librarme de este inacabable abuso brutal. No tenía ninguna razón para vivir bajo estas condiciones, y estaba decidida a encontrar esa figura paternal que, esperaba, explicaría por qué ella se fue en primer lugar.

Mi madre.

A él nunca le gustó hablar sobre ella, y sé que no debo sacar ese tema. Todo lo que él me ha dicho es su partida y que sucedió cuando tenía cuatro años. Puedo entender por qué ella huyo si él era así de malo cuando aún estaba aquí, pero ¿por qué dejaría a su hija recibir esos golpes y puñetazos? ¿Por qué me dejaría aquí sufriendo?

¿Por qué no me quiso?

-Puta de mierda, siempre metiéndote en mi maldito camino. Se útil y limpia la puta casa o algo así -me dijo entre dientes antes de tirarme al suelo una vez más, entonces él empezó a subir las escaleras con su six pack en mano.

Esperé hasta que escuché su portazo antes de correr a mi habitación en el sótano. Parece ser que tome demasiado espacio en esta casa, así que fui lanzada de una patada al sótano a los seis años. ¿Pesadillas? Oh, bueno, superalo. ¿Demasiado frío? Oh, bueno, encuentra más mantas. ¿Sola? Oh, bueno, consigue amigos. A la edad de ocho, finalmente tuve el sentido común para dejar de pedirle cosas. A través de sus ojos, se supone que los menores se dejan a su suerte. Supongo que nunca comprendió el hecho de que los niños menores de diez todavía siguen aprendiendo y necesitando ayuda en la mayoría de cosas que hacen. Mi dislexia por ejemplo, pero parece que sólo la "fingía" por "atención".

Tirando mi ya empaquetada maleta fuera de mi armario, busqué en el primer cajón de mi tocador los quinientos dólares que había estado ahorrando.El sitio para cenar de mi calle en el que trabajaba, sólo paga por los turnos de noche y no mucha gente esta dispuesta a tomar algo por alguien de veinte años que apenas sabe leer y escribir. Nunca recibí ayuda para ello, y la escuela no estaba en su presupuesto. Otra cosa "sin sentido" a través de sus ojos; educación.

Aunque no estoy diciendo que sea estúpida. De hecho, me enseñe a mi misma varias cosas de los pocos recursos que pude encontrar en el internet limitado de esta casa. Cada vez que estaba en el trabajo, cogía a hurtadillas el ordenador y disfrutaba de la mayor cantidad de información posible. Pero todavía no era capaz de conseguir un trabajo decente debido a mi falta de educación adecuada.

-Mierda -murmuré cuando golpeé el dedo de mi pie contra mi cama. El marco se había roto hacía meses, pero él nunca se tomo la preocupación suficiente como para arreglarlo, y estaba ahorrando mi dinero para, exactamente, este momento. Podría vivir durmiendo en un colchón desnudo, pero esperaba poder encontrar un lugar para quedarme por un tiempo. Incluso un motel de mierda va a ser mejor que esto.

Hice un doble repaso para asegurarme de que tenía todo lo que necesitaba, caminé hacia atrás por las escaleras y mire hacia ambos lados cuando llegue arriba. El ronquido se escuchaba desde el piso de arriba y rodé mis ojos ante lo odioso que era. Pero estaba acostumbrada a esta, y también estaba en una misión, así que lo ignoré.

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⏰ Last updated: May 03, 2015 ⏰

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Half bad || Traducción al español.Where stories live. Discover now