Half bad || Traducción al español.

Prologue

                Harry's POV

        —Harry Styles, acusado de asesinato, traición a la patria, incumplimiento de las reglas, desobedecer las órdenes del consejo, salir de su celda y dejar el perímetro sin permiso. ¿Tiene algo que decir sobre eso? —la serena mujer preguntó desde el frente de la sala, una expresión aburrida en sus gestos extrañamente lindos.

        Una sonrisa se iba abriendo paso en mis labios, los guardias a cada lado de mí atentos en caso de que atacase.

        —Nop —dije y me aseguré de enfatizar la p—. A pesar de que estoy un poco confundido por este tipo llamado Harry. Quizá alguien debería informarlo sobre todas sus malas acciones.

        La mujer rodó sus cristalinos ojos azules.

        —No estoy aquí para juegos, Señor Styles.

        Mis manos esposadas fueron a mi pecho simulando que me había herido.

        — ¿Yo? ¿Juegos? Por favor, señora juez. Tenga un poco de fe.

        A ella no le hizo gracia.

        Me incliné hacia delante en el podio, mis codos apoyados en la superficie y mi barbilla entre mis manos— Sabe —empiezo silenciosamente pero lo suficiente fuerte para que me escuchara—, salir de aquí sería sencillo. Matar cada uno de vosotros incluso más —mi sonrisa regreso cuándo los labios de la mujer se separaron. Levanté mis manos esposadas, como si me rindiese—. Oh, pero claro, yo jamás podría hacer tal horrible cosa a gente inocente que, claramente, se preocupa por mí —la ira despertando lentamente dentro de mí.

        Ella parecía haber captado mi tono sarcástico mientras levantaba una ceja perfectamente depilada— ¿A qué quiere llegar?

        Me encogí de hombros, todavía burlándome— Bueno, sólo estoy diciendo que encarcelar a alguien por dos años en una celda de tono negro, encadenado a la pared, es algo muy, muy considerado —mis ceño se frunció, apreté mi mandíbula y el gesto de suficiencia de mis labios iba desvaneciéndose—, ¿no le parece? —murmuré entre dientes.

        Los guardias avanzaron hacia mí, justo como quería. Antes de que tuviesen tiempo para atacar, eché mi codo hacia atrás escuché el crujido de una nariz. El guardia se tambaleo hacia atrás, tomando su nueva nariz rota entre sus manos al tiempo en el que caía al banco y el segundo guardia arremetía contra mí. Escapé a tiempo, cogiendo su cabeza entre el circulo de mis brazos debido a mis manos esposadas. Puse la cadena en su nuca, el sonido de él luchando y el chasquido de las cadenas me deleitan. Eso resuelve mi problema con el guardia.

        Levanté la mirada, la mujer estaba corriendo hacia el botón de emergencia. Enfocando mi mirada ya furiosa en su estructura pequeña, el poder radió y ella cayó instantáneamente en sus rodillas, cogiendo su cuello en busca de aire. Sonreí, usando otra de mis, muchas, habilidades y haciéndola estallar en frente de ella en un abrir y cerrar de ojos. Esto había sido demasiado fácil y muy divertido al mismo tiempo. Ha pasado un tiempo desde que he estado en acción.

        Dos años, para ser precisos.

        La mujer me miró fijamente con ojos suplicantes, pero enfoqué más mis ojos y aumente el dolor, haciéndola sufrir más. Se encorvó y dejo salir un grito sin aliento, satisfaciéndome. Ya era hora de que sintieran la tortura en la que estuve sometido durante dos años.

        Esto ni siquiera se acerca al dolor por el que yo pasé. Tiene suerte.

        Me arrodillé frente a ella, cogí su mentón y fijé sus llorosos ojos en los míos, peligrosos— Encerrar a alguien durante dos años sin comida o agua no es muy agradable —susurré.

        —Eres un monstruo —ella se ahogaba, luchando por respirar.

        Los pasos que venían del pasillo eran audibles a través de la puerta de entrada de madera; los guardias. Reí disimuladamente de satisfacción antes de dejar caer su cara y ponerme de pie en mi altura completa, intimidándola fácilmente.

        —Un monstruo es más listo que los tan llamados expertos —dije haciendo comillas, rodando mis ojos ante la idea de las brujas blancas siquiera siendo brillantes.

—Vas a ir al infierno —Escupió, aún débil.

Sonreí— No —dije y finalmente la rompí con mi mirada fija en ella. Ella se derrumbó inmóvil en el suelo, sólo un hilo de sangre saliendo de su fosa nasal derecha. Me incliné hacia su oído y susurré—. Tú lo harás.