14 1 0
                                    

—Desde el jardín de infantes —respondió, y luego, como no podía

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

—Desde el jardín de infantes —respondió, y luego, como no podía

pensar en una sola cosa más que decir sobre sí mismo, preguntó—: ¿Qué

estás leyendo?

—Mitología griega. Cuentos de héroes. ¿Has leído mitología?

—No, en realidad no —dijo, sintiéndose estúpido inmediatamente

después. No quería dar la impresión de que era el tipo de persona que

nunca lee libros. Desesperado, agregó—: Aunque me encanta leer —y

luego se sintió aún más estúpido.

—Yo también. Probablemente he leído este libro una docena de veces.

Es como un libro de consuelo para mí. Lo leo cuando necesito ser valiente.

La palabra valiente tocó la fibra sensible de Oswald. Valiente también era

lo que necesitaba ser.

—¿Y eso porque?

—Bueno, los héroes griegos son súper valientes. Siempre están

peleando con algún tipo de monstruo grande, como el minotauro o la hidra.

Pone las cosas en perspectiva, ¿sabes? No importa cuán graves sean mis

problemas, al menos no tengo que luchar contra un monstruo.

—Tienes razón —dijo Oswald, a pesar de que estaba tratando de

averiguar cómo luchar contra un monstruo, un monstruo amarillo de

orejas largas, en su propia casa. Sin embargo, no podía contarle a esta chica

sobre la cosa amarilla. Pensaría que estaba loco y dejaría el banco

compartido a toda prisa—. Así que, dijiste que leías ese libro cuando

necesitas ser valiente. —Estaba sorprendido de tener esta conversación

dada la forma en que su mente corría. Por alguna razón, era fácil hablar

con esta chica—. Quiero decir, puede que no sea de mi incumbencia, pero

me preguntaba por qué necesitas... ser valiente.

Ella dio una pequeña sonrisa tímida.

—Primer día en una nueva escuela, tercer día en una nueva ciudad.

Todavía no conozco a nadie.

—Sí, lo sé. —Le tendió la mano—. Soy Oswald. —No sabía por qué

estaba ofreciendo su mano como si fuera una especie de hombre de

negocios, pero sentía que era lo correcto.

Into The PitWo Geschichten leben. Entdecke jetzt