7. Tres

313 33 21
                                    

"Si hay para comer lo dividimos en dos. Vamos a vivir abrazados, mi amor"

- Margarita - Fito Páez -

 

4 meses antes.

Sus dedos se cierran alrededor de los míos con suavidad.

Suspiro y apoyo mi cabeza en su hombro, mientras caminamos tomados de la mano por el centro comercial.

Necesitábamos algunas cosas para la casa que ya hemos comprado, pero es justo la hora punta en Bogotá y a ninguno de los dos nos gusta conducir en medio de tanta congestión si podemos evitarlo, así que solo estamos perdiendo el tiempo dando vueltas ociosamente.

Se siente bien ir juntos de la mano, solo los dos.

Sobre todo, porque ya no seremos dos dentro de poco tiempo.

Subo la mirada para ver su perfil, y justamente me está mirando.

Sus ojos brillan de alegría, pero también puedo ver que está preocupado, porque este es un hombre excepcional, que no está dispuesto a usar el amor que nos tenemos como un medio para manipularme.

Sigue asustado por la decisión que elegí, y es un poco descorazonador ver la cautela en su mirada, cuando obviamente no cabe en sí mismo de dicha por nuestro bebé.

Nuestro bebé.

Mi cerebro todavía no logra adaptarse a ello.

Justo mientras lo pienso, caminamos en frente de la vitrina de una tienda para bebés, llena de cunas, ropita adorable y ositos de peluche.

Veo su cara abrirse en absoluta alegría, que oculta rápidamente aclarándose la garganta, porque sabe que estamos caminando sobre hielo delgado.

Tengo 4 meses para considerar un aborto.

Me quedan 2.

Ninguno lo dice en voz alta, pero durante esos 2 meses, nada se siente muy seguro.

Ni su alegría. Ni mis decisiones. Ni nuestro futuro.

Me apoyo en él, y me rodea con sus brazos mientras miramos la vitrina. Pongo mis manos sobre mi vientre.

Él pone sus manos sobre las mías.

Es la primera vez que somos una familia de tres.

El miedo pone un nudo en mi garganta, pero también me siento cálida.

- No compraremos nada rosa ni azul – Le digo de la nada

- ¿No?

- No. Nada de colores estúpidos de bebé. Me gusta el rojo

- Me gusta el morado – Me dice con una risita

- Pues vamos a buscar qué hay rojo o morado que valga la pena

- ¿Estás segura?

Lo jalo hacia el interior de la tienda como respuesta.

Y empezamos a ser una familia de tres. 

La mudanza » NathmonWhere stories live. Discover now