28. Seremos

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 Tres sílabas y entrego un beso, tres sílabas por los excesos....si estamos juntos, ¿qué importa el mundo? 

- Seremos - Salta la Banca - 

Simón Vargas.

Me quedo recargado en una esquina del salón cuando todos se levantan a saludarla.

Nunca ha dejado de venir a nuestros conciertos en todo este tiempo. Cuando sus seguidores le preguntan por qué, dice que siempre va a ser una fan de Morat.

Siempre ha hablado con muchísimo amor de todos.

Su relación con Martin nunca se ha roto, tal como él me señaló cuando dijo que ella iba a ser su hermana siempre, sin importar si era mi novia o no, y eso me alegra.

Sin embargo, verla aquí devuelve una chispa de alegría que estuvo perdida durante este par de años.

Tiene puestas unas orejas de gato por algún motivo, y se ve como una niña feliz mientras saluda a los chicos y al crew que siempre la han querido muchísimo y sé que la han extrañado tanto como yo.

- ¿No me vas a saludar? – Pregunta luego de una ronda de abrazos y gritos emocionados cuando finalmente llega a donde estoy

No sé por qué me siento tan nervioso por verla.

Está tan bonita que las palabras me fallan, y me quedo mirando esos ojos verde mar por tanto tiempo que ella suelta una risita.

La misma risita alegre que se le escapaba cuando le llevaba el desayuno a la cama.

La he extrañado tanto que lo que siento al verla es una mezcla de amor, añoranza y recuerdos tan grande y desordenada que no sé si existe un nombre para ella.

- Hola – Le digo, y levanto la mano estúpidamente a modo de saludo

- ¿Así me vas a saludar? – Pregunta, subiendo una ceja

Tiene puesta una camiseta negra con un escote bajo que hace que mis ojos bizqueen.

Está mucho más tatuada que la última vez que la vi, y quiero agarrar un marcador y hacer un inventario de los tatuajes que alguna vez besé y los que no.

- Lo siento – Digo, y sueno tan avergonzado como me siento.

Me aproximo un paso y le doy un beso fugaz en la mejilla.

Su olor a fresas y a navidad se me mete en la respiración y por fin siento que el aire es aire de verdad cuando llega a mis pulmones.

- Mejor, pero todavía bastante flojo como saludo – Observa, toda juguetona

Me doy cuenta de que el camerino se quedó en un silencio sepulcral y todos nos están mirando, pero no puedo apartar mis ojos de ella.

- ¿Cómo debería saludarte?

- ¿Ahora mismo, o como...por el resto de la vida?

- ¿Son diferentes?

- Nah, puedes usar el mismo saludo en ambos casos. Si no te importa, te ayudaré con eso reciclando una frase tuya

- ¿Cuál?

- ¿Te puedo dar un beso?

Isaza y Martín se ponen a gritar. Villa silba como un tío.

Siento que mis mejillas arden cuando asiento con la cabeza, pero los nervios se van cuando ella da un paso hacia mí.

Le rodeo la cintura con los brazos y ya no estoy nervioso.

Estoy en mi casa.

Y cuando ella me besa, estoy exactamente en donde quiero pasar el resto de mi vida.

- ¿Empezamos de nuevo? – Pregunta contra mis labios

- Empezamos de nuevo – Aseguro

Y el capuchino vuelve a tener canela en mi vida.

No sé si creo en los "para siempre".

Tampoco me importan.

Pero esta vez se que seremos eternos, sin importar lo que dure. 

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El próximo es el final.

Gracias a todas por apreciar esta historia <3

La mudanza » NathmonWhere stories live. Discover now