𝘓𝘶𝘤𝘬𝘪𝘵𝘺 - 𝘏𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘣𝘢𝘴𝘢𝘥𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘺𝘦𝘯𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘏𝘪𝘭𝘰 𝘙𝘰𝘫𝘰 𝘺 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘺𝘦𝘯𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘏𝘢𝘯𝘢𝘩𝘢𝘬𝘪.
¿ Han oído hablar sobre la leyenda de los hilos rojos ? Esta leyenda asiática consiste en que los dioses...
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Quackity estaría despertando, no entendía que pasaba pero sintió una punzada en su brazo, Quackity se levantaría de aquella cama, no sabía dónde estaba ni de quién era aquella casa, pero debía admitir que esta muy bien decorado el cuarto.
Quackity saldría del cuarto encontrandose a un Luzu cocinando.
- Lusu? - Diría llamando la atención de aquél castaño.
- Parece que ya despertaste Quacks, dormiste bien? - Preguntaría el castaño sin quitar la vista del sartén, pues no quería que se le quemará la comida.
- Esta es.. ¿Tú casa? - Preguntaría el pelinegro demasiado confundido ignorando la pregunta del contrario, ¿Cómo carajo término allí?
- Así es, es mi casa, te habías quedado dormido en mis brazos y decidí traerte - Respondería las dudas que tenía "Quackity sobre como llego allí?" y "Es la casa de Luzu?".
-.. No me hiciste nada raro? - Preguntaría el pelinegro haciendo reír al castaño.
- No, no, ¿Qué podría hacerte? - Respondió algo nervioso pues no se esperaba aquella pregunta.
Quackity solo suspiro para después reír, Luzu estaba ya sirviendo aquella cena.
- Esto se ve delicioso Lusuvlogs, tú si me das de comer bien! - Dijo el pelinegro para poder dar su primer bocado.
Luzu solo rio ante aquél comentario y empezó a comer.
- Oh dios mío, estoy lleno - Dijo un Quackity terminando de comer - Estuvo delicioso -
- Me alegra que re haya gustado Quacks - Luzu se levantaría y agarraría ambos platos e ir a lavarlos.
- Lusu, no quieres que te ayude? Quiero decir, estás haciendo mucho por mí, déjame ayudarte - Decía aquél azabache mientras se acerca al castaño.
- No, esta bien Quacks, gracias, eres el invitado y tú brazo todavía no sana bien - Dijo este siguiendo lavando aquellos trastes.
Quackity solo lo miró algo serio, aunque el castaño tenía razón, su brazo seguía lastimado, el pelinegro término viendo como Luzu lavaba los trastes.
Luzu se secó con un trapo de la cocina y fue al sillón a sentarse y relajarse; Quackity solo siguió a este sentándose también en aquél sillón logrando un silencio algo incómodo.
Quackity quería decir algo, pero por primera vez sentía que le había contado todo a aquél castaño apenas le conoció.
Luzu no tenía nada interesante que decir o eso creía, no estaba acostumbrado a hablar y estar con alguien, era más de estar solo.
