¿A qué juegas Nerek?

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Cuándo le dije que quería que fuera mi guía me refería a que me ayudara a interactuar con los humanos.
Quería conocer más sobre su cultura y sus costumbres, porque nosotros teníamos tecnología,pero dejamos de interesarnos por cuestiones como las redes sociales o la comunicación más personal, ésto porque nosotros comenzamos a evolucionar de otra forma.
Para empezar nos comunicaramos principalmente mediante la telepatía, razón por la cual podía saber lo que ella pensaba. Pero también podía bloquear sus pensamientos.

Pero su cabeza comenzó a divagar,al grado de que pensó que la usaría como un experimento para engendrar vida.
Eso sería bajo hasta para mí.
Yo quería que confiara en mí.
No venía con malas intenciones.

Pero ella era desconfiada.
Aún cuando me ayudó siendo un extraño.

Nosotros habíamos renunciado a regresar a nuestro mundo, porque sabíamos que la misión no tenía retorno.

Cuándo se desmayó pude entrar en sus sueños y lo que vi me incómodo.

Ella me veía atractivo.

Y yo la rechace de golpe,cómo el tal Carlos.

Entonces la frase que dijo
" existen otras formas de hacer daño" tuvo sentido.

Todas mis ideas comenzaron a aturdirme cómo nunca después de alejarme de ella.
Porque,no era que rompiera las reglas, no sabía que sucedería si yo decidía que nosotros debíamos ser una pareja.

¿Cómo podía una chica como ella hacerme perder la cabeza?

Yo era paciente, racional, calmado...

Pero ella era atractiva, no lo negaría.

Me gustaba mucho su cabello castaño corto, sus ojos cafés, sus labios al natural y su cuerpo... Algo que nunca le diría de manera directa.

No sabía que repercusiones podría tener nuestra naciente relación.

Comence a llamar a Nerek.

Me estaba afectando tenerla cerca.

Por primera vez en todo el viaje estaba más interesado por las cosas a mi alrededor y en ella que en mi verdadera misión.

Y en éste caso en encontrar a Nerek.

-¿Qué quieres?- dijo Nerek detrás de mí.

No me tomó por sorpresa, aún cuando no esperaba que acudiera a mí llamado.

- Sabes que debemos irnos - fui directo.

- No soy el único que encontró una hembra - dijo Nerek - he notado que tus niveles de estrés aumentaron.

Maldición Nerek,ni deberías de espiarme.

-Me abandonaste en la nada. Ella me ayudó y me acogió.

- Deberías de intentar algo con ella. Es una humana fácil de usar.

-¿Qué demonios te pasa?

- No regresaré contigo. Puedes buscarme, pero... No me iré contigo.

-¿Qué tanto has hecho en menos de veinticuatro horas?

-¡Ni te imaginas!

- Dejaré mi rastreador encendido - dije a Nerek - me tomaré un descanso de la misión.

-¿El gruñón Kalejtik encontró a su pareja perfecta? ¡Yo quiero conocerla!

- Es pronto para que uno de los dos piense en "La Unión".

- Toma las cosas con calma, no creo que al consejo le importe que engendremos híbridos en este planeta.

- Vas muy rápido. ¿Ella sabe lo que eres?

- No creo que le interese. Estoy obteniendo experiencia en el campo del placer con ella.

- De verdad, hermano, ten cuidado. Si sientes algo por ella no tomes las cosas a la ligera - le advertí - no sabes qué consecuencias puede haber.

- No me interesa un híbrido por el momento - dijo mi hermano - ella me gusta para un rato... Luego te buscaré.

Tenía ganas de agarrar a mi hermano y golpearlo. Era una persona con quién jugaba.

-¿Y con qué piensas sobrevivir? - pregunté con molestia.

- Tengo todo cubierto - dijo Nerek mientras me entregaba una mochila.

-¿Ahora vas a comprarme? - dije indignado.

- Si te quedas en el planeta debes tener recursos. No dependas de tu humana.

Fue lo último que dijo antes de irse.

Por todo lo que dijo, estaba con una mujer. Yo no quería hacer lo mismo que él, pero sin embargo termine con Margarita.

Me sentí culpable.

Ahora yo me parecía a la escoria de Carlos.

Y seguía los pasos de mi hermano.

Regresé con ella , mientras pensaba en qué demonios habría puesto mi hermano en la mochila.

Toque la puerta y me abrió un chico delgado, de cabello castaño, ojos negros, quién me miró con desconfianza de inmediato.

- Hola... ¿Esta Margarita?

En cuanto pregunté por ella muchos pensamientos pasaron por su cabeza y uno en específico me asustó: sería capaz de torturarme si lastimaba a su hermana

-¿Quién eres tú? No te conozco.

- Yo...

-¿Así que estás saliendo con mi hermanita?

- Ella es bonita y nunca la lastimaría cómo Carlos.

-¡Ese infeliz! Más te vale que ella no sufra... Soy doctor y puedo torturarte de muchas formas.

- Estoy consiente de lo que eres capaz - murmuré.

-¡No le hagas caso a Héctor!- dijo Margarita.

- Ten cuidado. Tienes el número de mi celular para emergencias - dijo Héctor mientras pasaba a mi lado.

Me miró con molestia.

- Cuídala - me advirtió.

- Cómo mi vida - admiti con sinceridad.

Y su hermano me sonrió.

- Kal... Pensé que tú te irías.

- Encontré a Nerek, hablé con él. Se niega a irse.

-¿Vas a irte?- preguntó en un tono de decepción.

- Debes saber todo sobre mí.

Era momento de que ella supiera toda la verdad.

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