Calma

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En clases, Chifuyu se leyó las dos hojas enteras de Draken. Luego, se las pasó al cuaderno y las fue leyendo con su letra. Le interesaba tanto, que no estaba haciendo ni caso a la clase. De hecho, viendo que no atendía, le quitaron el cuaderno, como requísandolo. Se quedó en blanco.
Chifuyu: ¡Profe! ¡Qué estaba atendiendo, de verdad!
No se lo creyeron y terminó quedándose sin todos sus apuntes, sus notas y sus dibujos, incluidos los de Draken. Takemichi miró a Chifuyu, que estaba con la cabeza baja, con cara de tonto.
Takemichi: ¿Cómo se te ocurre hacer esto en clase? Al final, te has quedado sin apuntes.
Chifuyu: No me hables ahora... Voy a intentar no llorar después de esto...
A la salida, los dos se acercaron a Draken. Chifuyu iba detrás de Takemichi y como escondiéndose. Les miró con cara de tonto. Mikey también mientras se comía su comida, un taiyaki.
Draken: ¿Qué os pasa...?
Takemichi: Cuéntaselo, Chifuyu.
Chifuyu: Draken... En clase... Pues... Mi profesor... Esto...
Mikey: Arranca.
Takemichi: A Chifuyu le han quitado tus notas por estar leyéndolas en clase, Draken.
Todos se quedaron callados, Chifuyu con los ojos cerrados. Draken y Mikey se acercaron a ellos y Draken miró a Chifuyu. El pobre ya temblaba por lo que le podría hacer.
Draken: Chifuyu... No te preocupes. Podemos recuperarlas, pero hay que hacer un plan...
Contaron quién había sido el profesor que se lo había quitado y Draken empezó a idear. Luego, cuando todos se fueron fuera del instituto, Chifuyu entró en la clase de su profesor. Se puso de rodillas en el suelo.
Chifuyu: ¡Lo siento, señor profesor...! ¡Lo que estaba haciendo en clase era importante y por eso no estaba atendiendo...! ¡Lo siento...!
Le daba tantos dramas que parecía que le iban a quitar la vida. Al mismo tiempo, Draken con Mikey y Takemichi se habían metido en el conducto y habían encontrado la sala del profesor por los lloros de Chifuyu. Después de ver como el profesor se levantaba para decirle algo a Chifuyu, Draken cogió de los sobacos a Takemichi y él a Mikey por los pies. Divisaron los papeles encima de la mesa.
Draken: Es gracioso ver a Chifuyu pidiendo así disculpas...
Takemichi: No lo siente por el profesor, solo se arrepiente de hacerlo porque quiere las notas...
Chifuyu, viendo a Mikey colgado del conducto por Takemichi, insistió aún más. Incluso, se planteó si llorar estaría bien. Bajó la cabeza y puso sus manos juntas.
Chifuyu: ¡Perdóneme, profesor...! ¡No lo volveré a hacer!
Entonces, el profesor se puso a su lado y se agachó para pedirle que parase de lloriquear en el suelo. En ese momento, Mikey alargó los brazos, cogió todo lo de la mesa un poco, tirando la luz y el ordenador y le gritó a Takemichi.
Mikey: ¡Ahora!
Draken subió a los otros dos justo antes de que el profesor se diese cuenta. Al mirar, no llegó a ver quien era, por suerte. Pero sí que vio que las notas y todo de Chifuyu no estaban. Entonces, al girarse hacia él, echó a correr también. Los cuatro salieron corriendo y riéndose del instituto ya que no volverían a verlo hasta el día siguiente. Suficiente tiempo.
Mikey: ¡Lo he cogido, toma ya!
Chifuyu: ¿Me puedes devolver mis notas...?
Draken: No, que sino luego tenemos que hacer estos proyectos improvisados. Imagínate si nos llegan a pillar a alguno... ¡Vamos con Inui!

Inui llegó al escondite reventado. Le dolía todo y estaba muy cansado. Al llegar, no vio nada fuera de lo común, el colchón tirado, la manta sucia a un lado, todas las sillas que habían dejado tiradas el día anterior por alrededor... Pero ni rastro de Koko y Sanzu. Les llamó, pero no respondieron. Habrían salido, ¿pero como iban a salir si estaban malos? Aún así, acertó ya que unos minutos después, los dos entraron por la puerta con una cara horrible de muertos, sobretodo Koko. Llegó, dejó a Sanzu a un lado y él se tumbó en el colchón. Inui les miró sin entender.
Inui: ¿Habíais salido?
Koko: Díez minutos...
Sanzu: ¡Han sido tres horas...!
Koko: De todos modos... ¡Me encuentro fatal!
Inui fue a verle y sí que tenía un aspecto de pena. En cuanto a Sanzu, hacía esfuerzos por no dormirse sentado. Vaya, Inui no era el que peor estaba al final. Bajó a Sanzu de la silla para ponerlo al lado de Koko y él, viendo la situación, salió fuera de la casa. Draken, Takemichi, Chifuyu y Mikey se presentaron allí dos minutos después.
Draken: ¡Inui! ¿Empezamos con los exorcismos...?
Inui: Lo siento mucho... Pero ninguno de esos dos se encuentran bien para hacer algo hoy... Han llegado al escondite y están los dos dormidos en el colchón.
Los cuatro miraron a Inui sin entender, pero él insistió. Les dejó pasar para que viesen que no era broma. Suspiraron, ese día tampoco podrían hacer nada de investigaciones.
Mikey: ¡Encima que hoy estoy bien despierto...!
Takemichi: Y después de lo que hemos tardado en conseguir las notas...
Chifuyu: Oye, Inui, ¿puedo quedarme yo con Sanzu hoy? Así, puedes dormir tú.
Inui le miró sin saber. Despertó a Sanzu para preguntarle, pero él ni siquiera contestó, sino que se guió por otra cosa.
Baji: Dile que sí, Sanzu.
Sanzu: Vale...
Chifuyu: ¡Genial! Vente, vamos a mi casa.
Entre todos, sentaron a Sanzu en la silla. Él se cogió la muñeca entre sus piernas. Chifuyu se despidió del resto y se fue a su casa. Cuando Takemichi y Mikey se fueron, Inui acercó a Draken al colchón. Aprovechando que Koko estaba dormido, le puso la mano derecha arriba y le abrió los dedos. Draken se quedó boquiabierto al ver el símbolo del pacto en su mano.
Inui: ¿Lo ves...? Te lo había dicho...
Draken: Dios... ¿Qué has hecho, Koko...?
Entonces, abrió los ojos. Inui y Draken se echaron hacia atrás disimuladamente. Les miró a los dos con sospechas y se le ocurrió preguntar.
Koko: ¿Qué hacíais...?
Inui: Nada, estábamos...
Draken: Te hemos echado a un lado porque nosotros también queremos sentarnos en el colchón.
Koko: Ah, bueno...
No se lo creyó, pero se echó a dormir otra vez. Suspiraron. Koko al cerrar los ojos, se vio en la realidad alternativa. Senju le esperaba allí de pie enfrente. Koko la miró con frialdad y Senju sonrió.
Senju: Lo has hecho ¡muy bien! Y, además, te he quitado a Sanzu de encima. He hecho que Chifuyu tenga interés en verle y así te has librado de él. ¡Inui es para ti esta noche!
Koko: Ya pero... Esta noche estoy muy malo... Tengo fiebre y...
Senju: A ver, déjame verte...
Senju le tocó la cara y asintió. Tenía fiebre. El asesinato le había provocado tanta culpabilidad que hacía que se encontrase así. Senju suspiró para dejarle libre entre sus brazos, poniéndose seria a momento.
Senju: Tranquilo, Koko... Solo te voy a pedir una cosa más y ya podrás descansar tranquilo. Bueno, pensándolo mejor, te la pediré mañana. Duerme hoy.
Senju le dejó en paz. Koko abrió los ojos y se levantó. A su lado estaba Inui sentado leyendo algo en un papel. Al notar movimiento, se dio la vuelta.
Inui: Hola, Koko. ¿Estás mejor?
Koko: No mucho, pero estoy bien por si quieres hacer algo... ¿Y Sanzu?
Inui: Se ha ido. Hoy estamos solos en nuestro escondite.
Koko sonrió. Intentó ver lo que estaba leyendo, pero Inui lo arrugó y lo tiró para atrás. Realmente, era una nota de Draken la cual le había escrito para que Koko no lo oyese. Decía sobre que si había algo raro en él, que avisase a todos enseguida. Aunque Koko no parecía estar raro, solo malo. No sosprecharía, no debía hacerlo...

El retorno de SenjuWhere stories live. Discover now