Capítulo 7.

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Mamá no se fue de allí hasta que me quedé completamente dormida, me abrazó.

Por, alguna razón sentía que debía haberle dicho todo eso antes, para así haber disfrutado todos sus abrazos, para que me consolara como lo había hecho hoy, necesitaba que Ana me dijera que yo no estaba sola y que si era humana, aunque siempre fuera una persona fría.

....

Buenos días - dijo una dulce voz en mi oído.

Levemente abrí uno de mis párpados. Era Ana.

Es hora de desayunar - anunció sonriendo.

No quiero levantarme - dije vagamente.

No importa - fue y abrió mis cortinas - levántate que hay que desayunar - y ahora estaba parada en frente de mi, quitándome mi manta de dormír.

Un fino rayo de sol dio en mi cara.

Aghhh - me encogí quitándome de donde me daba el Sol.

Ves, ya hasta pareces vampiro - dijo mamá riendo.

Déjame en paz, Ana - metí mi cabeza en mis piernas aún acostada - estoy cansada.

OYE - mamá puso autoridad - levántese de esa cama... Ahora - con un tono regañón fue caminando a la puerta - te quiero abajo en 10 minutos.

Salió y cerró la puerta de un portazo, mostrando su autoridad maternal.

Aghh... Desde cuando tiene esa autoestima de autoridad tan alta - susurré molesta.

Mejor levantarme - pensé.

Eso hice y fui a asearme.

Baje las escaleras y allí estaba ella haciendo esos escalofriantes pancakes de nuevo, creo que lo único bueno que pueden tener, es que son comestibles, o eso creo.

Al verme ella sonrió.

Waa... que empalagosa - pensé.

Ven siéntate - ordenó ella.

Me senté en una silla que quedaba de frente a ella en la mesita del comedor.

No quiero comer tus pancakes - la miré - no son buenos, es más son un asco - y ahora me encontraba mintiendo para defender mi orgullo e dignidad.

Que mal por ti - sonrió ella - aunque no te gusten, creo que no me harás el feo.

¿Por qué no lo haría? - le pregunté seria.

Me miró fijamente.

Después de lo de anoche no creo que tú caparazón sea tan duro contra mí - aseguró ella.

Perdí - pensé - ves te dije que mantuvieras tu dignidad frente a ella, piensa en algo, vamos piensa.

Recuerdo que eres tú la que vino rogando entre lágrimas - sonreí malévolamente - a mi cuarto para que hablara contigo porque ya no podías con tu miseria - terminé de expulsar mis palabras con arrogancia.

Puse mi mano debajo de mi barbilla mirando a una ventana que estaba al lado de mesa.

Creó que fue un golpe muy duro - pensé.

Auchhh - dijo ella poniendo una mano en su pecho - su expresión era dolorosa.

Ella había ganado una batalla y yo había ganado la maldita guerra.

Ya terminé - dijo sonriendo - te presento a mis renovados pancakes.

Puso el plato encima de la mesa. Le eché una pequeña ojeada.

Vaya, hoy no están quemados por los bordes - pensé.

Y.... Me vas a felicitar - sonrió orgullosa de si misma.

Mi falso favorito.Where stories live. Discover now