Familia

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En los días venideros, la costumbre de ver a Win caminando a ciertas horas por algunos pasillos creció, no solo en las personas que visitaban a los pacientes, si no también, para el personal médico a quienes les resultaba algo amargo verlo con esa sonrisa tan grande, llevando consigo sus medicamentos en la base metálica.

Más de una vez lo vieron regresar a prisa a su habitación, para devolver lo que sea que tuviera en su estómago, sabían que en ocasiones no llegaba a comer, por los olores, texturas, o simplemente porque no le gustaba la comida.

Lentamente Win iba adelgazando. Pero su brillo seguía presente, aún más cuando Bright estaba su lado, si su cuerpo temblaba ahí estaba él, haciéndole alguna clase de broma.

Durante los primeros días, más de una enfermera quiso enfrentar al doctor Vachirawit, no les pacería gracioso el modo en que se burlaba de los tropiezos del ayudante Win, pero la mano del director del hospital las detuvo justo a tiempo, para que pudieran ver cómo Metawin estallaba en carcajadas tomando fuerte la mano del médico.

—Solo ellos saben lo que hacen.

—¿Pero y si lo lastima?

—Creo que todos ya sabemos cómo se llevaban antes, en caso que eso suceda pueden intervenir. Pero lo dudo, solo míralos.

Para las enfermeras no quedaba más que estar alertas, porque incluso si Luke se los decía, tenían sus dudas. Quizás en un futuro podrían cambiar de opinión.

Esa noche, la puerta de su habitación sonó advirtiendo que alguien entraría, no espero mucho para poder ver a su hermano entrar mirándolo incrédulo.

—¿No estabas enfermo hermano?

—Lo estoy, pero tengo cosas que hacer. — murmuro regresando su atención a las tijeras que tenía en la diestra y el papel en la izquierda.

—Si me dices para qué lo haces puedo considerar ayudarte Win.

—Mañana voy a dejar el área pediátrica, todavía voy a poder ver a los niños, pero ya no como antes, así que le pedí a Bright que me ayudara consiguiendo materiales para regalarles un detalle, me gustaría verlos usando cuando llegue a pasar por ahí.

Un nudo se formó en la garganta de Mick, ver a su hermano mayor más pálido que antes, mas delgado y con un cable conectado a su brazo no le gustaba, era triste verlo así. Y más triste era verlo emocionado recortando y acomodando montones de papeles a lo largo de la cama, justo como si no estuviera enfermo.

Win vio a su hermano, salir y entrar nuevamente poco después, ahora cargando una caja con útiles color verde.

—Como me dijiste que haces, voy a ser un buen hermano menor y te ayudaré, si me equivoco dímelo. No quiero que esos niños digan que el hermano del “happy virus” no sabe recortar papeles de colores.

—Ni siquiera te conocen Mick, pero puedo presentarte con ellos mañana.

—¿Mañana? Creo que tengo tiempo después de mi examen.

—Cierto, estás en la universidad.

—En el último año, voy a graduarme en medio año. ¿Vas a estar para ese entonces?

Habló bajo, dejando solo el sonido de las tijeras en el aire, no quería levantar la vista y dejar en evidencia cómo su labio temblaba.

—No lo creo… — suspiro tomando la barra de pegamento para así unir trozos de colores, agradecía que su hermano no lo viera en ese momento, porque sus manos palpitaban.

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