*Capítulo 25 *Soltar

13 3 6
                                    

Cómo todos los miércoles, me tocaba ir con la psicóloga y hoy no sería la excepción.

Terminé de desayunar y me alisté para ir primero al gimnasio.

—Ya regreso mamá. —Grité desde la puerta.

—Con cuidado cariño. —Contestó mi madre.

Empecé a caminar, iba un poco rápido para ahorrar tiempo.

Cuando llegué noté que no habían muchas personas y no estaba la muchacha con la que había entrenado los días pasados.

Me dispuse a entrenar y sentí que el tiempo pasó rápido, cuando miré la hora ya se me habían pasado quince minutos y hoy no podía llegar tarde a casa porque tenía que ir a la clínica.

Salí del gimnasio y empecé a caminar hacia mi casa, hoy sentí que el camino era eterno ya que andaba adoloridas las piernas.

Llegué más cansada que nunca a casa y me metí casi corriendo a la ducha porque ya se me hacía un poco tarde.

Para mí nunca fue un problema saber que ponerme porque siempre me ponía lo primero que sacaba del closet, encontré un pantalón azul oscuro que tenía mucho tiempo de no usarlo así que decidí usarlo hoy, me quedaba un poco grande pero me gustaba como se miraba, opté por una camiseta corta de color celeste y unas Vans clásicas.

Me cepille el cabello y lo dejé suelto porque aún estaba un poco húmedo, me puse una pulsera que me había regalado Jackie, agarré mis auriculares y mi celular para ir con mamá para que me llevara a la clínica.

—Ese color te queda muy bien. —Dijo mi madre sonriente.

—Gracias mamá. —Dije para después depositar un beso en su mejia.

—Bueno, vámonos ya que se nos hace tarde y vas a perder la cita. —Dijo mamá subiéndose al auto y yo imitando su acción.

En el camino mi madre puso algo de música de su época que era muy buena y yo ya me sabía algunas de tanto que ella las escuchaba.

Yo iba tarareando la canción mientras contestaba algunos mensajes de Nisha que me había dejado desde ayer en la noche cuando yo estaba dormida.

—Llegamos. —Dijo mi madre adueñándose de mi atención.

—Deséame suerte. —Dije quitando el cinturón de seguridad.

—Te irá bien cielo, tranquila. —Dijo mi madre dándome un beso en la frente. —Te amo. —Dijo después.

—Y yo a vos. —Dije saliendo del auto.

Le había pedido a mi mamá que me dejara ir sola, ya era tiempo de dar este paso yo sola aunque me costó convencerla ya que ella sabe que los nervios siempre me traicionan, finalmente aceptó.

Caminé hacia la entrada de la clínica y aunque iba llena de nervios ya que era mi primera vez viniendo sola aquí, entré.

                        ~~~~~~~~~

—Y cómo te sentís con eso.? —Preguntó la mujer que estaba frente de mi.

—No sé, pensé que esa era la solución, pero me sigo sintiendo igual que antes. —Dije en un tono triste y con la mirada perdida.

—Y que te llevo a aceptar sus disculpas.? —Preguntó acomodándose en su silla.

—Realmente no lo sé, creo que no sabía cómo decirle lo contrario, no sé. —Dije un poco desesperada.

—Pero habíamos quedado que no íbamos a actuar por impulso porque después nos arrepentimos. —Dijo Ada escribiendo algo en su libreta.

—Lo sé, pero ver a mi padre con los ojos llorosos mientras me pedía disculpas me hizo actuar así. —Dije recordando ese día.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora