Capítulo 4

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Stela Harrinson

Es incontable la cantidad de veces que soñé con que algo así me pasara, porque hasta hace unos días era imposible, es más, si alguien me hubiese dicho que estaría a solo escasos centímetros de poder besar Jack Ross, de seguro me le hubiera reído en la cara.

Pero es cierto.

La tensión en el baño es palpable, algunos rayos del sol que entran por las pequeñas ventanas y alumbran el lugar, ambos estamos inmóviles viendo al otro a los ojos, captando su movimiento, esperando una decisión, Jack es uno de esos chicos cuidadosos y respetuosos que no obligan a las chicas a hacer algo que no quieren, que no se apresuran si no que esperan que sea ella quien tome la decisión, y yo soy consciente de ello, es por eso que continuamos así, es por eso que no se ha alejado, porque está esperando que yo lo haga, que yo decida si continuar o solo alejarme.

El corazón me late tan rápido que sospecho que puede sentirlo en mi espalda, mi barriga gruñe de los nervios y estoy tan perdida en él, que no sé qué hacer o cómo reaccionar, porque no sé si seguir mis pensamientos carnales y besarlo o ignorar todo eso.

Quisiera decir que nunca me había sentido, así, pero estaría mintiendo porque ya esta sensación se me es familiar, ya que es la misma que tuve cuando Ares me acorraló en el cuarto, cuando Aegan se me acerca o me sonríe con picardía, cuando Heist tomo la mano esta mañana, quisiera poder decir cual me gusta más, pero esto es tan confuso que no se siquiera con exactitud que estoy sintiendo. Bajo mi vista a sus carnosos y provocativos labios y él se pasa la lengua por ellos...

Bésalo.

Bésalo.

Bésalo.

Bésalo.

Sabía que iba a arrepentirme de no aprovechar esta oportunidad, pero decidí ignorar la voz en mi cabeza, y ser racional.

—Lo siento...

Dije mientras con su ayuda me coloco de pie nuevamente.

—Aquí estoy para salvarla señorita.

Sus labios me regalaron una sonrisa que me hizo dudar si de verdad estaba siendo racional, o solo estaba siendo una estúpida.

—Es momento de irnos.

Salimos del baño y Luke estaba afuera esperándonos con una cara de preocupación que me hizo darme cuenta que el cariño existente es mutuo, porque él también se preocupa por mí.

Al acercarme las ganas de envolverlo con mis manos me invaden y no me contengo, siempre quise abrazarlo, decirle que todo está bien, que creo en él. Al sentirme pegada a su cuerpo, unos segundos después él hace lo mismo y me abraza, cuando su abdomen estuvo pegado al mío, medí cuenta que no había tensión sexual, que no había nervios, sino que, en lugar de eso, se sentía una confianza y una seguridad inigualable.

Deja que se rían de lo patética que creen que eres, al final de cuentas todos terminamos igual...en un boulevard de los sueños rotos.

Las palabras dejan su boca y su cara luce sorprendida.

Tuve un deja va—le digo y lo abrace más fuerte.

—Es como si ya hubiera dicho esto antes...

Porque es cierto Luke—le confieso—esa es una de las frases que más amo de tu libro.

—¿Soy tan patético así?

Ambos soltamos una carcajada y Jack sin saber por qué, también se ríe.

Caminamos por el extenso pasillo hablando entre nosotros, y sobre la locura que debe estar diciéndole Aegan a la directora para que lo deje formar parte del instituto, yo en lo general no creo que nada funcione, porque es imposible que los acepten ya que ninguno tiene identificación o algo así, es como si fueran parte de una población flotante.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora