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Miró a sus compañeros de equipo y salió del camarín resoplando, ninguno de ellos era lo suficientemente agradable como para generar una conversación, prefería estar mil veces solo en una esquina que siendo participe de un intercambio de palabras mundanas y sin sentido sobre sexo, popularidad y "Oye, ¿Viste el partido?" Dios, Seungmin necesitaba un respiro de ese club deportivo.

-Hey, ¿Disfrutaste el paseo?-Seungmin volteó la cabeza al hombre fumando tranquilamente en el pasillo de oficinas, parecía no importarle el aviso de "no fumar" en las paredes de todo el maldito estadio.

Seungmin se encogió de hombros caminando a su lado, por lo menos el manager de su equipo era alguien con neuronas, a veces conversaban sobre lugares a los que viajaban o libros que leían, datos interesantes que hacían a Seungmin pensar. A Seungmin le gustaba pensar, muchas veces más que lanzar un balón.

-Mh, es grande-apuntó con la mirada al lugar, todo se veía nuevo, costoso y respetable-Pero no lo sé, no es de mi estilo.

-¿Tu estilo?-preguntó soltando el humo en una risa, Seungmin tosió con ello-¿Cuál es tu estilo?

Lo miró de reojo mientras se rascaba la nariz molesto, odiaba el olor.

-Cómodo-respondió simple, para él lo era. Observó el espacio sintiéndose pequeño, muy pequeño y vulnerable. Nunca lo diría, por supuesto, pero no veía un futuro en ese equipo. Además, los jugadores no eran de su agrado, y así no tendría confianza para jugar con ellos.

Perderían cada partido por culpa de su incompatibilidad, y Seungmin nunca perdía.

-Cómodo-respondió el hombre al rato, sus ojos vagaban por la cancha-Pensé que era lo suficientemente acorde para ti, por eso te recomendé a la prueba -Seungmin se cruzó de brazos bajando la vista a sus zapatos deportivos, estaban limpios -Este es uno de los mejores clubes de K league, el más popular del país y por supuesto, con muy buena paga.

-¿Por qué dices que pertenezco aquí?-la cabeza de Seungmin trabajó rápido, a cada segundo su ceño se fruncía más -Ah espera, lo entendí -una risa salió de su garganta, trató de que sonara arrogante pero la sintió amarga cuando escuchó el suspiro cansado del otro hombre al avecinar el desastre -Piensas que soy igual que los simios vistiéndose abajo.

-No-Seungmin lo cortó con una sonrisa amplia, los ojos del hombre bajaron inmediatamente a ella.

-Ya lo dijiste todo-se giró taimado a las escaleras, bajaría a la cancha ahora mismo, no tenía tiempo para pretender que no estaba molesto o que no le dolió que alguien con el que a menudo tenía una conversación real pensara tan mal de él.

-Seungmin-ignoró el llamado y casi corrió, el sonido se apagó cuando comenzó a calentar.

Claro, este lugar se veía exactamente a Seungmin: pulcro, adinerado, imponente, orgulloso, ambicioso, falso. Eso era Kim Seungmin, todos en el país sabían su nombre, todos sabían cómo era. Excepto él, Seungmin era el que menos se conocía a sí mismo.

-No seas infantil y detente-lo hizo, pero no porque se lo dijeran, sino porque debía tomar un poco de agua, moría de sed. Alcanzó una botella del césped y la bebió con los ojos cerrados hasta el final, los ojos del sujeto le quemaban el rostro -Eso no fue lo que quise decir.

-¿Y a mí qué?-respondió tirando la botella vacía al suelo, volvería a correr hasta que sus zapatillas se desgastaran.

Las quería ver sucias, feas y rotas.

-Te recomendé aquí porque es un club grande, tendrás muchas oportunidades si entras-lo ignoró de nuevo agarrando una toalla, las gotas de sudor caían por su rostro. A lo lejos se veían los demás jugadores entrar, reían entre ellos-Seungmin.

mirrorball/hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora