Mi Océano

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Las muletas ya no son necesarias, por fin vuelve a caminar, correr y saltar como antes.

Sakura se deja contagiar por su sonrisa, más cuando la carga y le da vueltas en el aire y que aunque le diga que no lo haga Ace simplemente hace lo que quiere.

Ya pasaron dos años desde la guerra, el sello de Sakura esta restaurado por completo y pronto podrán volver al mundo pirata, pero antes que eso pase deciden tomarse un poco más de tiempo para entrenar, pues como bien dijo Ace esta muy fuera de forma.

Los ojos del pecoso brillan de emoción al enfrentarse al entrenamiento ninja, primero fueron días de aburrida teoría, pero si logra controlar el chacra será capaz de caminar sobre el agua, algo por demás útil e increíble para un usuario de fruta del diablo, al tener el conocimiento del haki Ace no tarda mucho en saber moldear la energía, tuvo varias caídas al tratar de subir los arboles sin manos y solo bastaron un par de días para que lograra hacerlo sin problemas.

En el agua fue un poco más complicado ya que su némesis natural no se dejaba conquistar, pero nada que el terco esfuerzo del obstinado pirata no pudiera lograr. Desde niño prefirió dejar el viejo tubo de cañería que usaba como arma y prefirió usar solo sus puños para pelear y al tener su fruta fue lo mismo, pero por recomendación de la peli rosa, comenzó a entrenar lanzando kunais y peleando con ellos.

Otro que también estaba encantado en ayudar fue Naruto que con sus clones de sombra mejoraban los reflejos del pirata, el ninja rubio se sorprendió mucho cuando fue testigo del poder de Ace, su fuego tenia un gran alcance y no necesitaba hacer algún sello y que incluso su cuerpo se volvía intangible lo dejo sin palabras.

Ace se siente mejor que nunca, su cuerpo vuelve a ser ligero sin dolor y con el entrenamiento es mucho más ágil y fuerte, esta listo para ir en busca de sus nakamas y enfrentar las consecuencias de su estupidez, sobre todo desesperado por buscar a Luffy y temeroso por enfrentar la realidad.

-Sakura... es tiempo de volver – dice cuando ambos están descansando en la sala.

La chica se endereza escuchándolo con atención, ella más que nadie esta consiente de su avance y sabe lo mucho que necesita saber de sus nakamas.

-Hablare con el Hokage – necesita que le dé el pergamino – ya arregle todos los pendientes del hospital.

-¿Vendrás conmigo? – pregunta sorprendido.

-¿No quieres llevarme? – dice decaída.

Ace rápidamente le acaricia con ternura la mejilla, por más que lo estuvo pensando desde hace semanas no sabe cómo enfrentar esto.

-Has hecho tanto por mi que nunca podre pagarte.

-No lo hice para que te sintieras en deuda – es una medic, su deber el salvar vidas.

-Tienes un trabajo importante – no deja de sorprenderse en como maneja los asuntos del hospital – un hogar donde están las personas que te quieren – muchos amigos a los que les importa – y un futuro brillante.

Durante su estancia en la aldea escucho sobre la gran guerra shinobi y como el equipo siete fue vital para acabar con el enemigo y que actualmente son considerados héroes de las naciones elementales, Sakura es una persona muy importante en ese mundo, un elemento valioso que no está bien que tire todo eso por estar con él.

-Soy un pirata que no tiene nada para ofrecerte – duele decirlo, pero es la vida que elegio, no puede mentirle – mereces a alguien que te de todo lo bueno de este mundo, yo soy un bueno para nada que se la pasa metiéndose en problemas.

-Eres muy egoísta, ni siquiera me has preguntado lo que yo quiero – ella también tiene varias semanas pensando en eso – es cierto que Konoha en mi hogar, pensar en dejar a mis amigos y el trabajo del hospital hace que me duela el pecho – cierra los ojos recordando a sus seres queridos y todo lo que ha vivido en la aldea, pero también recuerda la sensación de navegar, las olas, el agua salada, descubrir islas nuevas, de las peleas y aventuras.

Entre PiratasWhere stories live. Discover now