Capítulo 25

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Contenido sexual

Cuando empezó a oscurecer la castaña se fue del centro comercial pata irse a su casa pero en el camino se encontró a su novia y a Once con sus bicicletas bajo la lluvia. Así que rápidamente detuvo su auto.

—¡Max!—. gritó bajando el vidrio. —Suban.— volvió a gritar.

Max y Once se acercaron rápidamente al auto de la castaña. Leah rápidamente se bajo de su auto y abrió el maletero para subir las bicicletas de las chicas.

—¿Qué hacían bajo la lluvia?—. preguntó la castaña cuando subieron al auto.

Max le comenzó a contar sobre lo que Once había visto y también cuando fueron a la casa de Heather y se encontraron a Billy ahí cenando junto a la familia.

—¿Entonces dicen que Billy estaba actuando raro?—. preguntó la castaña a las chicas.

—Si.— respondió la pelirroja. —Yo pienso que es por los nervios de estar hablando con los padres de Heather.

—Pero yo no pienso eso.— dijo Once y la castaña se giró a verla. —Lucia muy mal.

—Creo que siempre se ve mal.— dijo la castaña regresando su vista a la carretera.

—Pero es bueno saber que no es un asesino.— dijo la pelirroja. —Eso habría sido horrendo.

Después de la pequeña conversación Leah y Max llevaron a Once a su casa, al parecer quería pasar un tiempo a solas.

—¿Estas segura?—. preguntó la pelirroja cuando llegaron a la cabaña de la castaña.

—Si.— respondió Once.

La castaña bajo la bicicleta de Once. —Si necesitas algo, no dudes en llamarnos.— dijo acercándose y la menor asintió.

Se despidieron de Once y subieron al auto de la castaña nuevamente para dirigirse a su casa. Tardaron cuarenta minutos en llegar ya que con la lluvia la castaña tenía que manejar con mucho cuidado.

Al llegar a la casa de la castaña las chicas se dirigieron a su habitación.

—Me daré una ducha.— dijo la castaña entrando a su habitación. —Estoy toda mojada.— dijo sacando ropa de su armario.

—Yo también me daré una.— dijo la pelirroja.

—De acuerdo, yo iré al baño de invitados y tú báñate en el mío ¿de acuerdo?—. preguntó la castaña y la pelirroja asintió. —Toma la ropa que quieras de mi armario.— termino de decir para después salir de su habitación.

Leah se dirigió a una de las habitaciones de invitados y entró a la ducha. Después de quince minutos salió de la habitación de invitados duchada y cambiada y se dirigió a su habitación.

Cuando llegó a la puerta de su habitación tocó la puerta y después de unos segundos su hermosa novia le abrió la puerta, al parecer acababa de salir de la ducha.

—Me encanta como te queda mi ropa.— la castaña entró a su habitación y se acercó a su novia para dejar un beso en sus labios.

—Es cómoda.— dijo al separase del beso.

La castaña veía fijamente a la pelirroja, su mirada iba de sus ojos a sus labios. Leah se fue acercado poco a poco hasta unir los labios con los de su novia.

Leah tomó la cintura de la pelirroja y dejó un beso en sus labios el cual iba subiendo de tono poco a poco. Comenzó a bajar sus besos por la mandíbula de la pelirroja hasta su cuello.

—¿Y tu hermano?—. preguntó Max con la voz agitada.

La castaña dejó el cuello de su novia. —No está.— dijo y unió sus labios con los de su novia.

The desire to love forever | Max MayfieldWhere stories live. Discover now