O9

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El día viernes al fin había llegado, dando así el fin de la primera semana de clases.
La mayoría de los alumnos estaban desesperados por terminar aquella fatídica semana.
Y claro, también estaban emocionados por la fiesta de esa noche, organizada por los chicos más guapos de la escuela; la cuál tenía por hecho que aquella fiesta sería realmente alocada y divertida.

Un chico alto y rubio venía llegando al instituto, llamando la atención de muchas chicas, y claro, también de algunos chicos; algunos le miraban con envidia o deseo, y claro habían otros que le miraban con miedo, e incluso otros que no se atrevían a levantar la mirada por lo mismo.
Park Sunghoon no le tomó importancia, era habitual que pasara eso, y claro, no iba a mentir, le fascinaba tener al instituto a sus pies.

Bueno, a casi todo, pues cierto chico castaño tenía a Park a los pies de éste, aunque este no se diera cuenta.

Y claro, hablando de él, al rubio se le ocurrió ir a buscarlo para pasar la mañana con él, pues tenía bastantes ganas de verlo, aunque ni siquiera supiera (o no admitiera) el porqué.

Apuró el paso, para llegar al lugar en dónde pensó qué estaría el pequeño Kim, luego de unos minutos llegó a la cafetería del instituto y justo como lo predijo, el chino de tierna personalidad estaba sentado en la terraza de dicho lugar, bebiendo quién sabe qué y leyendo un libro.
Se veía jodidamente hermoso con aquellos lentes y su expresión de concentración, qué a veces cambiaba por una risueña o una impresionada, debido a su lectura.

No supo exactamente cuanto tiempo estuvo viéndole, pero podría asegurar qué si fue mucho, pues la cafetería que hace un rato estaba casi vacía, ahora estaba llenísima.
Así qué con algo de apuro fue hacía dónde estaba el chino.

—Hey, hola Pure boy— le saludó, de forma amistosa.

—Uh, hola Sunghoon hyung— le devolvió el saludo con una bellísima sonrisa.
Sunghoon juró qué puedo ver el cielo, rodeado de ángeles y nubes en ese momento.

No exageres idiota.
Ese fue su subconsciente, el cuál solo decidió ignorar.

—¿Cómo estás?— preguntó de repente, casi automáticamente.

—Bien, gracias por preguntar Hoonie hyung— le miró juguetón pero a la vez inocente. —¿y usted?—

—Oh no, Sun, trátame como un amigo, no me hables de "usted" o "hyung", tómame confianza pequeño— le dijo de forma agradable, con tal de hacer sentir cómodo al contrarío.—y, estoy bien, gracias— le sonrió mostrando su eye-smile.
En ese momento Sunoo pensó qué la sonrisa del rubio era muy linda, en especial cuándo sus ojos desaparecían.

—Uh...—se sonrojó un poco al notar qué se quedó pegado viendo la expresión tierna del mayor.—Está bien hoonie hy-, Hoonie— se contradijo al instante, pues él también quería tomar confianza con aquel particular rubio, que en solo un par de días le causó varias emociones.

—Así me gusta— le guiñó un ojo —Y bueno, cambiando el tema, ¿qué leías?— curioseó.

—Oh, bueno estaba leyendo "Buenos Días Princesa", es bastante entretenido Hoonie, deberías leerlo— le recomendó.

Sunghoon en ese momento tuvo una pequeña crisis su interior, pues él jamás había leído un libro que no sea para los exámenes, y mucho menos por su maldita cuenta, era un vago, y realmente no quería

—Bueno, si tú lo dices, quizá podrías prestármelo luego de que lo termines— dijo algo nervioso.

¿Qué jodidos estoy haciendo?
Se cuestionó a si mismo.

—Es una gran idea Sungie hyung— se emocionó, pues al fin encontraba a una persona con casi sus mismos gustos y con el que aparentemente podría compartir sus gustos libremente.

nasty love : sungsunOnde histórias criam vida. Descubra agora