𝑃𝑒𝑝𝑝𝑒𝑟 𝐴𝑙𝑤𝑦𝑛, una chica huffleppuff con el alma más pura del mundo su promedio perfecto,
Su gran corazón e inteligencia eran lo que más se destacaba de ella, que pasaría si por accidente Taylor termina 13 años antes de su ingreso a hogwa...
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—¿Soy la única que piensa que está es patético?— pregunto algo incomoda Pepper.
— Claro que no, estoy pensando que es patético desde que Sirius comenzó a hablar.— se quejó cruzando los brazos Marlene.
—Esto acabará con mi reputación, mentirle a mcgonagall es más difícil que derrotar a un dementor.— suspiro Lily, agachando la cabeza.
—¡Buenas tardes alumnos!— mcgonagall entra al salón con la habitual expresión de seriedad en el rostro. —En la clase de hoy charlaremos sobre...— se quedó en silencio observando fijamente los 4 lugares vacíos que pertenecían al grupo de gryffindor.
—¿Williams?— Minerva observaba fijamente a la Rubia, sabiendo que si lograba ponerla nerviosa diría todo.
—Se fuerte Pepper.— le susurro Rose a si lado mientras movía su pluma fingiendo escribir.
— Williams, si no lo dices tendrás prohibida entrar a la biblioteca por 4 semanas.— Amenazó la profesora, logrando que la rubia habrá repentinamente los ojos lo más grandes que se podía.
—¡Fueron al bosque prohibida para saltarse la hora de clase y practicar un nuevo truco para el próximo partido!— dijo velozmente, cerrando los ojos con fuerza antes de terminar de hablar y no ver las expresiones de frustración de sus amigas.
—¿Quien más sabía de esto?— pregunto fríamente la profesora.
—Nadie profesora, solo yo.— la hufflepuff suspiro tras la mentira, y al no oír ninguna queja de su profesora supuso que le habría creído.
—En ese caso, acompañaras a tus amigos en la detención, espero que lo disfruten.
Lily estaba apunto de protestar, pero Pepper le tomo la mano para que no dijera nada y supiera que estaba todo bien.
—¿Pero podré ir a la biblioteca luego, no es así?— al escuchar los suspiros de sus amigas y su profesora supuso que era suficiente charla por hoy.
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—Espero que no se les escapé como la última vez, creo que lo soportaría otra tarde limpiando las gradas del cancha de quidditch.— Sirius resopló al recordar lo trabajoso que fue eso.
