"Una chica con una enfermedad poco común (XP) que hace incluso la mínima cantidad de luz solar sea mortal."
"encerrada desde la infancia durante el día él destino interviene cuando Conoce a Wyatt un hombre lobo y se embarcan en un romance de verano...
Tengo un sueño recurrente soy una niña sentada con mi madre y ella canta para mi.
Siento la calidez del sol sobre mi piel y la seguridad de sus brazos rodeándome.
Quiero quedarme ahí, para siempre.
al despertar, del extraño sueño. Desearía que el fuera real pero eso es imposible porque, mi madre murió cuando yo era muy pequeña y no puedo salir al sol, para nada.
Tengo una enfermedad genética rara llamada Xerodermia Picmentosa o mejor conocida como XP, que a grandes rasgos es sensibilidad severa a la luz solar.
Si el sol tocara mi piel me daría cáncer de piel, mi cerebro fallaría y podría morir, divertido.
¿no?
Así que paso todo el tiempo en casa, con ventanas especiales, con mi papá que es el mejor papá del mundo, por fortuna porque, en mi infancia los niños eran...
Como siempre son.
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—No es cierto—digo una pequeña niña rubia observando a la ventana de la habitación de Katie.
—Sí, un vampiro —contestó otra pequeña—y por eso tiene ventanas especiales. Descuida, no puede atacarnos de día, pero en la noche no te acerques aquí ni por error...
Ambas rieron alejándose de aquel lugar.
[...]
Pero no todos me tenían miedo.
—Ah, hola Adisson—saludó Jack a la pequeña que tocó la puerta de su casa.
—¿Qué le pasa a Katie?
El hombre la miró con ternura y contestó con tristeza.
—Tiene algo llamado XP—suspiró—osea que la luz del sol le hace daño, así que no puede salir.
—Yo tampoco puedo estar mucho tiempo en el sol—contestó—¿puede jugar en la noche?
—Sí pero...
—Hasta la noche—interrumpió sonriendo—Oh, y adoro la pizza—dijo para después darle la espalda al hombre y retirarse en pequeños saltos.
Jack la miró con ternura, suspiró y cerró la puerta de su casa.
Fin del flash back
A partir de entonces, somos mi papá, Addison y yo.
hasta que un día ví a Wyatt desde mi ventana, con su manada, y con eso bastó quedé completa, total y absolutamente flechada.
Aunque lo veía diario a través de mi ventana, él no tenía idea de mi existencia.
Con el tiempo ver pasar a Wyatt se convirtió en parte de mi rutina, junto con citas médicas constantes, dormir durante el día y vivir de noche, lo cual según se algo es normal en los adolescentes.
Además de tocar música cada vez que puedo.
Dentro de lo que cabe, mi vida me parece genial...
pero sigo aferrandome a mis sueños, pese a lo imposibles que puedan parecer.
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