𝗣𝗨𝗣𝗣𝗘𝗧 ¹ 𝒇𝒕. Tom Riddle

𝟢𝟢𝟧. (𝗂𝗇𝗍𝖾𝗋𝖾𝗌𝗍)

CAPÍTULO 05
❪interés❫
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1943

Merwyn se sentía atraída, era como si un imán la estuviera tirando hacia él, hacia su toque prohibido. No. No debía pasar.

—Eso nunca. Eres un mestizo y yo soy sangre pura, ni si quieras deberías tocarme —Merwyn estaba molesta, realmente molesta.

Él solo se ríe en voz baja y se inclina de nuevo cerca de su oído.

—Una vergüenza... de verdad —su cálido aliento la hace temblar—. Siento que podríamos hacer una hermosa unión juntos.

—Mi padre nunca permitirá que su única hija, su legado, se meta con un mestizo como tú, Riddle —Merwyn retrocedió de nuevo. Con el pelo rubio un poco más despeinado y totalmente molesta. Él se ríe de nuevo y la acerca. Su voz es tranquila, pero oscura.

—Oh, tu padre nunca se enteraría —sus manos se deslizaban hacia arriba, sus dedos acariciando las curvas de su cintura muy levemente—. Podrías perderte en toda la diversión... y nuestro secreto se mantendría.

—Antes iría al Inframundo y bailaría con el mismísimo Hades —murmuró.

—Eres bastante luchadora —se ríe una vez más, acercándola y besándola de repente. Incluso si fue en contra de su voluntad, sus labios eran suaves y su toque parecía eléctrico.

Merwyn incapaz de controlar ese toque eléctrico, se dejó llevar por el beso. Sus manos recorren su cuerpo, su toque deja un rastro de electricidad sobre su piel. Tom la acerca aún más, presionando su cuerpo firmemente contra el suyo. Merwyn siente como su corazón late como un loco en sus oídos. Todo en Tom se sentía peligroso y desconocido. Y ella quería ser devorada por él.

Sin embargo la parte racional de Merwyn regresó y golpeó a Tom, dejándolo a una buena distancia de ella.

—¡No vuelvas a intentar hacerme eso otra vez! —Merwyn gritó con mucha furia y se dirigió en otra dirección, su respiración estaba realmente agitada. Aunque quería negarlo, le había gustado ese beso.

Tom se ríe, pero no hay alegría en su voz —Volverás, amor.

Mientras observaba como Merwyn se alejaba, sus ojos la siguen. Todo en ella parecía tan perfecto. Era como una obra de arte que él deseaba y Tom nunca se quedaba sin obtener lo que quería.

—Volverás... —susurró, más para sí mismo que para ella.

Mientras caminaba, se tocó los labios con una pequeña sonrisa adornando su rostro, realmente había gustado de ese estúpido beso y se sintió tonta y completamente sucia por haberse dejado tocar y besar por ese sucio mestizo, lanzó una queja al aire y se dirigió a las mazmorras, donde a pasos rápidos y sin titubeos encontró la Sala Común y la abrió después de murmurar la contraseña.