5.

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Llegué a mi casa después de un día largo en la escuela. Había tenido Educación Física-cosa que odio con toda mi alma- y había terminado extremadamente cansada.

-Parece que corriste un maratón extremo -bromea mi madre, me río en forma de respuesta antes de sentarme en la mesa.

Abrí una bolsa de papas fritas que habían en la mesa y comencé a comerlas. Me estaba muriendo de hambre y como el horario de Educación física es a la hora del almuerzo, no había podido comer nada.

Mi mamá se fue al piso de arriba, supongo que a su habitación, mientras yo seguía comiendo las papas.

De pronto me agarró sed. La mayoría de las papas venían con un montón de sal incluída y las ganas de tomar algo no tardaron en llegar.

Me acerqué a la heladera y saqué una botella de gaseosa. Antes de poder juntar mis labios con ella, tocaron la puerta haciendo que me sobresalte.

Enrollé la tapita de la gaseosa en la botella y fuí rápido a abrir la puerta. Tomé la llave colgada en la pared y abrí la puerta.

-¡Hola! -exclama un hombre. Éste era extraño, no pensé haberlo visto antes. Venía vestido de mago y llevaba un sombrero inigualable.

-Lindo sombrero -fue lo primero que le dije. En cuanto pensé que quizá haya sonado desubicado, por ni siquiera haberle dicho hola, lo saludé como si no hubiese dicho nada-: Hola.

-Gracias... -me dice, mostrándome una simpática y sincera sonrisa-. ¿Hay alguien en casa? -pregunta, haciéndose a un lado y espiando detrás mío para ver si había alguien.

-¿Para qué? -me ánimo a preguntarle. Él desvía su mirada hacia mi y sonríe más alegre que antes.

-¿Quieres ver un truco de magia? -me pregunta, lo cual se me hizo tonto. Había visto varios trucos de magia considerando que a mi madre le encanta el tema de la magia.

De repente escucho pasos y un leve crujido dentro de la casa, me doy vuelta para ver quien era, encontrándome con mi mamá, la cuál bajaba las escaleras.

-¿Que estás haciendo? -me pregunta, riendo. Me doy vuelta para ver al hombre mago, pero este ya no estaba más.

-Estaba... -comienzo, atravesando la puerta y saliendo de la casa para ver si lograba verlo por ahí-. Solo hablaba con un hombre.

Mi madre le da una calada a su cigarro, antes de asentir-Hombres.













Dejé mi bicicleta en el lugar de siempre y comencé a caminar hacia la entrada de la escuela.

Estaba caminando tranquila, pero me detuve al ver un cartel en blanco y negro con la cara de un chico rubio.


DESAPARECIDO
Vance Hopper


Solté un suave suspiro y me posé frente el cartel mientras admiraba la cara del chico.

Era rubio y tenía rulos, bastantes.

Lo conocí una vez en una tienda. No fue una manera tan linda de conocerlo, ya que mi primera impresión de él fue presenciarlo mientras la policía se lo llevaba por haber peleado con alguien y haber causado dejarlo inconciente.

See U Later, Bruce YamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora