CAPÍTULO 3

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CAPÍTULO 3
FANTASMAS

Hace un par de días, Stanford encontró enterrado en el bosque una dentadura postiza que hace que quien la porte diga solamente la verdad, lo llamó el diente de la verdad e inmediatamente pensó en como actuarían su madre y hermano si lo usaran. Descubrió que encajaban bien sobre sus dientes reales y decidió usarlos por un día como experimento, lo cual fue una pésima idea. Resulta que a los pueblerinos no les agrada cuando es muy honesto, hizo llorar accidentalmente al cartero por decirle que era anormalmente peludo y lo detuvieron por exceso de velocidad y admitir hacerlo, decidió que lo mejor era volver a enterrarlos y eso hizo, aprovechando que se encontraba en lo profundo del bosque, decidió investigar si algo ahí era el causante de las leyendas de búfalos miniaturas y ardillas gigantes; encontró unos cristales cuya luz tenía la propiedad de agrandar y encoger cosas. El cristal podía emitir luz de dos colores distintos y cada color hacía una función diferente, el rosa encogía y el azul agrandaba, se dijo a sí mismo que sería lindo ser una o dos pulgadas más grande, pero no tuvo tiempo de seguir investigando. Ahora mismo Stanford se encontraba de camino hacia la vieja cabaña del «Juvenil» Dan Corduroy —el leñador que se encargó de la construcción de su cabaña—, se encontraba física y mentalmente exhausto por toda la investigación que ha hecho sobre la Gran Teoría Unificada de la Rareza y antes de que él pudiera hacer algún progreso significativo con su teoría debía de descansar y limpiar su mente.

La cabaña de Dan Corduroy ha estado en su familia por generaciones, pero no ha sido muy usada. Stanford le pidió prestada la cabaña a Dan, solo por un par de noches, pero el leñador se negó, le dijo que era muy riesgoso que él se quedara en ese lugar y más aún si estaría solo. Stanford en serio quería relajarse y quería hacerlo lejos de su casa así que le recordó a Dan la generosa suma de dinero que le había dado por la construcción de su cabaña y el pelirrojo no tuvo más opción que resignarse y aceptar. Cuando le dio la ubicación del lugar, Ford se decidió a empacar todo e irse enseguida; antes de partir, Dan le advirtió que se encerrara en el cuarto antes de medianoche o sino perdería su alma, Stanford creía que el joven había inhalado mucho aserrín y eso lo hacía pensar en cosas sin sentido, pero aun así asintió a su advertencia. Al llegar al lugar, Stanford se sorprendió un poco al notar que la cabaña se encontraba cerca del cementerio de Gravity Falls, pero no se preocupó mucho, guardó sus cosas en la habitación y se dispuso a escribir en su diario las aventuras que vivió en los recientes días. Mientras escribía sobre su deseo de relajarse en la cabaña de Dan, una gota cayó en la página siguiente de su diario, Stanford frunció el ceño mientras miraba la extraña mancha de color verdoso, el castaño la tocó con uno de sus dedos y la encontró algo espesa; miró alrededor del cuarto donde se encontraba y después corrió hacia su bolso para buscar la cámara instantánea que trajo con él, si esto es lo que él creía que era, más le valía tener alguna prueba fotográfica y escribir sobre esto en su diario, regresó a donde estaba antes, miró de nuevo a su alrededor en busca de lo que sea que haya dejado esa mancha en su diario; sintió un escalofrío en su nuca y giró con la cámara lista, tomó la foto y esta se reveló mostrando una mancha borrosa que poseía un par de ojos y una boca anormalmente abierta. Un poco perturbado por la foto, Stanford se dijo a sí mismo que se estaba alojando en una maldita cabaña embrujada, ahora entendía la razón por la cual Dan no quería que se quedara; rápidamente fue hacia la sala y corrió los muebles con el objetivo de que el lugar tuviera más espacio, estaba decidido, él sabía que ese espíritu estaba ahí por algún motivo así que planeaba llevar una rápida y simple sesión espiritista para que así el fantasma pudiera irse en paz.

Stanford estaba tan equivocado, después de realizar su sesión de espiritismo y ver que al parecer había funcionado, fue a la cocina a prepararse algo de comer y después ir a dormir. Mientras dormía, logró escuchar el ruido de objetos moverse provenientes de la cocina, con los ojos entrecerrados por el sueño, el castaño se puso sus gafas y caminó hasta el lugar para saber la causa del ruido y no podía creer lo que estaba viendo, un fantasma, diferente al de la foto, se encontraba en la cocina haciendo flotar los trastes.

BIENVENIDO A GRAVITY FALLSWhere stories live. Discover now