Oscura Adoración

Capítulo 2

Milane, 16 años

Cuatro años atrás...

—Mila... —Ms. Reed suelta una exclamación antes de que pueda cerrar mi cuaderno de arte. Mierda. ¿Cuándo había entrado al salón? Nadie entraba aquí a esa hora, ni siquiera la maestra de arte.  Por eso me arriesgaba a trabajar en mi cuaderno personal en la escuela. Bajo mi cabeza intentando cerrarlo pero su mano me lo impide. —¿Es acrílico?

—¿Perdón? —escuché perfectamente. Estoy tan nerviosa que podría jurar escuchar cualquier insecto en estos momentos, pero mi incredulidad no me permite confiar en lo que he escuchado, ¿eso es lo que va a preguntarme? Alzo mi vista sorprendida de que no esté pegando el grito al cielo al ver mi boceto; bueno, más un estudio de medio que nada. Pero de cualquier manera no es el tipo de arte que hago usualmente, o que nadie hace en todo el curso, la escuela o Lake Falls.  Ni siquiera Robert en su nueva etapa de emo. 

—Que si el medio que utilizaste fue acrílico. —No. Definitivamente esa no era la reacción que esperaba de nuestra maestra conservadora de cincuenta años. —Falta perspectiva, pero estás explorando bien la expresión humana. ¿Es eso lo que buscabas?

No sé ni qué estoy haciendo.

Apenada asiento. Este no es el cuaderno que utilizo normalmente durante nuestra clase, es mi "diario" (por así decirlo) en dónde pinto y dibujo lo que se me viene a la mente. A veces siento que en estos bocetos digo más de lo que he expresado en todos estos años. Bueno, tampoco es como si pudiera gritar a los cuatros vientos cómo me siento.

¿Para qué? Lejos de ayudarme, seguramente terminaría siendo señalada en esta pequeña ciudad de mentalidad cerrada y elitista.

El dibujo no es más grande que una hoja tamaño carta y consiste únicamente en un rostro humano femenino. La cara de la mujer se encuentra recargada sobre la palma de su mano y su lápiz labial corrido en trazos no tan bien definidos. Pero es la mirada en donde se centra la atención del espectador, los ojos de la mujer que expresan tanto pero parecen carentes de vida al mismo tiempo. Está vacía pero expectante a la vez, ¿de qué? Ni yo lo sé.

—Es un muy buen estudio, si lo desarrollas puede llegar a ser tu trabajo final. —jadeo horrorizada de solo imaginar este tipo de contenido en mi exposición. Ni siquiera podía imaginarme cómo reaccionaría Vivian y Elaine, no. Niego cerrando la libreta y recojo mis cosas, solamente había querido hacer tiempo antes de irme porque Matt tardaría unas horas más en su entrenamiento. Ilusa de mí, quería escaparme un rato de la realidad para relajarme como siempre lo hacía, pero había terminado siendo un error. —Milane.

No puedo verla. Me siento avergonzada, nadie nunca ha visto mi arte. Al menos no mi arte verdadero y me sentía completamente expuesta. Sabía que no había nada de qué sentirme mal, porque pudo haber visto uno de mis otros dibujos y entonces sí me hubiera muerto en el lugar... pero aún así me sentía "desnuda" de cierta manera y no me gustaba para nada la sensación. —Tengo que irme.

Tomo mi bolso aventando rápidamente mis cosas dentro y salgo prácticamente corriendo del salón. Ms. Reed no sale en mi busca y me permito relajarme un poco con eso. ¿Le diría al director? Seguramente debía ser una bandera roja que precisamente yo esté creando algo tan... ¿deprimente? Aunque todo depende de la interpretación, ¿cierto? Golpeo mi frente con la palma de la mano, quiero regresar y suplicarle que borre de su mente lo que vió. ¿Ahora qué iba a pensar de mis demás obras? Aquellos cuadros de paisajes, los retratos y cualquier cosa vacía que entregaba con tal de relajarme un rato pero sin apasionarme verdaderamente.

La gente estaba acostumbrada a ver mis paisajes y retratos del momento que califican como "espléndidos y maravillosos". Decían que tenía el mismo talento que mi madre, pero no tenían ni la menor idea. Ese arte era una completa farsa, una bola de mierda completamente y aunque Eli los colgaba y exhibía por la casa con orgullo, estaba segura que si viera mi cuaderno real...quedaría aterrorizada.