Capítulo 13 "Secretos"

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Aries Clein.

Esperé a que Iris se durmiera para salir en silencio de la habitación. Me escabullí por los fríos y oscuros pasillos de la academia hasta dar con la salida y adentrarme en el bosque. Nadie me vio.

Crucé la barrera y ya me estaban esperando.

—Llegas tarde —la voz chillona de la chica me dio la bienvenida.

—Tuve que esperar a que Iris se durmiera, te recuerdo que es bastante insistente y de verme seguro me hubiera seguido.

—No discutan —mi hermano nos interrumpió— ¿Para qué querías vernos, Chanin?

La castaña se recogió su cabello en una coleta y resopló.

—Ustedes están con ella, yo no —dice— ¿Saben lo jodido que es para un guardián estar lejos de su objetivo? Si ella está en peligro no voy a poder ayudarla, así que exijo volver a la academia. Necesito estar ahí.

—No es posible —me negué rotundamente— ¿Cómo vas a volver? Por arte de magia.

—Tiene razón, Iris va a estar muy confundida —intervino London en un tono más tranquilo—. Comenzará a hacer preguntas y tendremos que decirle la verdad.

—¡No! —les corté— Ella no puede saber la verdad, no aún. No está preparada.

—Podemos decirle que cuando llegué al pueblo vi su marca y me acerqué a ella porque yo también soy una de ustedes. No tiene que saber que soy su protectora, guardiana o como quieran llamarme —Chanin buscaba alguna manera de estar cerca de Iris, yo la entendía. Ese sentimiento de protección de que te consume y hace que el pecho te duela.

Su deber era ese, cuidar de ella más que a su propia vida.

Cuando eres una en un millón, así como la habilidad de Iris que hacía siglos nadie la poseía, vienes con alguien asignado para cuidar de ti.

Es una clase de ritual que no conozco muy bien.

En este caso Chanin era la encargada de proteger a Iris, que desconoce toda esta locura. 

—Bien, después de la competición veremos cómo hablar con ella —hablé dando por terminada la conversación— Espera un día, ya se nos ocurrirá algo.

—Perfecto —alzó un dedo en señal de amenaza— Aries yo conozco, tu secreto, tu pequeña obsesión. No te conviene estar de malas conmigo.

Di un paso hacia delante y mi hermano se cruzó en el medio. 

—Mejor nos vamos —me tomó del antebrazo— Nos vemos después de la competición.

Caminábamos de regreso a Foordel. Hacía mucho frío y las ramas crujían bajo nuestras botas.

—¿Dónde estabas? —me preguntó

—Jhons me mandó a asesinar a unos hombres, pero al parecer sabían que yo iba y fue un poco más complicado —confieso— El último antes que quemara su cuerpo me advirtió sobre Milers.

—¿Le creíste?

—Hermano, no creo que te pongas a mentir minutos antes de morir.

—Tienes razón.

—Cambiando un poco el tema — comenté y London me miró serio— ¿Qué tal con Chanin?

—Nada —puso su boca en línea fina— No hace falta ser muy inteligentes para saber que le gusta Steven y siempre será él.

London lleva enamorado de Chanin desde que éramos unos niños, y ella siempre demostró más interés para con Steven. Nuestro mejor amigo.

—Quizás algún día eso cambie —le animo.

—¿Y tú? Al fin tenemos a Iris aquí —dice— Debes estar muy feliz.

—Ya, pues estoy que no me creo que duerme en mi propia habitación —confieso—, Pero te recuerdo que aún está Rianna y no me puedo deshacer de ella hasta saber toda la verdad.

Por más que desee a Iris hay cosas que merecen más prioridad. 

***
Para que entiendan mejor debo confesar algunos detalles que quizás no dije antes. Todo comenzó hace unos dos años atrás.

Estaba de curioso en la biblioteca de la academia y sin querer tumbé media estantería de libros, todos cayeron al suelo, excepto uno. Que se mantuvo sin moverse. Me acerqué lo analicé e intenté tirar del él, pero lo único que hice fue abrir un hueco en el suelo que me arrojó hacia abajo.

Una habitación secreta y al parecer olvidada.

Las paredes contaban con más libros, en el centro de dicha habitación había como un atril con un libro abierto él cuál tardé varias horas en leer.

Haciendo un pequeño resumen, el fundador del colegio tuvo una hija que se vio obligada a casarse a muy temprano edad, ya que había quedado embarazada.

Resulta que unos años después del nacimiento de la nieta. Se desató una guerra dónde el fundador perdió la vida, antes de morir ayudó a su hija a escapar con la pequeña, pero se encargó de anular y borrar todo rastro de poderes con la intención de protegerla. 

La madre la ocultó todo este tiempo, hasta que llegué yo...la verdad es qué me obsesioné y no paré hasta dar con ella, para mi sorpresa Chanin ya la había encontrado y no me dejó acercarme hasta la víspera de su cumpleaños número dieciocho. 

Chanin explicó que todo guardián nace con un don para reconocer a la persona que tiene que cuidar con solo verla una vez. Así que su plan fue convertirse en su mejor amiga.

Yo me quedé oculto entre las sombras, viendo cómo crecía y enamorándome de ella cada día más.

Por eso cuando se acercaba su cumpleaños convencí a mi hermano para que me ayudara. La idea era que se adentrara en el bosque, el lobo la iba a perseguir y ella cruzaría la barrera. Buscando ayuda.

El plan se salió un poco de control porque Dixon, nos había seguido y retó a mi hermano en duelo "amistoso" se la pasan así. También ella me siguió a mí, en vez de prestarle atención al lobo.

Pero bueno ya la tengo aquí, eso es lo importante y que mataría a cualquiera que se atreviese a acercarse.

Sabía de su habilidad y desconozco la magnitud de sus poderes, por ello debo cuidarla, porque si alguien se entera de que está viva vendrían a por ella.

De su madre también cuido, en secreto. Ya que ella tiene poderes y puede sospechar. Aún no entiendo cómo fue que dejó que su hija fuera a un curso de pintura. 

Mi investigación continúa porque aún quedan cosas que no entiendo y que no dejan de dar vueltas en mi cabeza.

Alguien quiere a Iris muerta y no sé porqué.

***

London me palmea el hombro y me saca de mi tormenta personal.

—Todo saldrá bien —me regala una sonrisa de boca cerrada— Y... pues si todo se va a la mierda estaré contigo. Siempre.

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