-Just Friends-

529 42 5
                                    

La culpa es un sentimiento que carcome mi alma cada que la soledad me acompaña susurrandome que soy responsable de una separación. Llenando mi boca de un sabor amargo del que no me puedo deshacer.
Porque quizás fue mi culpa que después de esa oscura pelea y la triste separación, fue mi culpa que nunca hubiera un perdón. La esperanza de regresar y ser felices juntos fue desvanecida y quizás todo por culpa mía.

Como un tercero no sabía a cuál de mis dos amigos apoyar, ambos se insultaban sin césar, y yo escuchando... Escuchando las quejas y los insultos que tenían para el otro, las maldiciones o maleficios que le lanzaban al otro... Tenía que escucharlos sin poder apoyarlos, porque los quiero a ambos, y no puedo o no debí estar de lado de ninguno. Simplemente debí ser un apoyo, un bastón que les ayudará a seguir adelante...

No podía. Por más que lo intenté no lo logré, debía alejarme para ayudar a formar de ambos el bien...pero me acerqué, tanto que a mi mejor amigo lastimé, y aunque él lo niega, yo no me siento bien.

Ese oscuro sentimiento que apuñala mi pecho diciéndome que todo está hecho y no hay vuelta atrás... Que si tanto me lastima debería la vida abandonar...
Justo en ese momento regresa mi felicidad, pues un hermoso rubio me llega corriendo a abrazar. Se sienta en mis piernas y me da un dulce beso, preguntándome si le esperé demasiado, cosa que niego.

Y nuevamente la lanza de mi consciencia apuñala mi corazón, porque ahora he terminado con la alegría de uno de los dos... Le quité lo más amado a mi mejor amigo, sólo por un simple capricho mío.
Porque cuando debí apoyar a mi amigo e impulsarlo a pedir perdón, me fui con el cocinero y me robé su corazón.

Las veces que he visto a Zoro-ya me ha dicho que no está lastimado, y que en mi lugar, con las mismas cartas habría jugado. Y es que el rubio es un joven que te roba el corazón de manera rápida y precisa, sin que te des cuenta te tiene de rodillas. A mi mejor amigo y a mi nos pasó, que incluso por él tuvimos discusión... Zoro-ya me ganó, pues fue quien primero robo su corazón... Y también lo rompió.

Por ello me siento un poco mejor, pues fui quien al rubio su sonrisa devolvió, fui el doctor que sanó al ángel, el doctor que salvo sus sentimientos, el doctor que cuidará su corazón.
Porque verlo sonreír me hace feliz, verlo sonreír hace a mi corazón latir.

Sin embargo me siento culpable, porque mi mejor amigo está poco presentable, con grandes ojeras y ebrio vagando por la ciudad, deseando las caricias del rubio de vuelta... ¿Se lo merece? No lo sé, no soy verdugo ni un juez, sólo sé que esta adolorido, ¿y quien no tras perder su mayor tesoro? Yo lo estaría si me quitaran lo que más adoro.

Ver a mi amigo agonizando y sonriendo falsamente cuando nos reunimos nuevamente los tres, porque hubo perdón tras meses, pero no es lo mismo... No es lo mismo por la incomodidad, no es lo mismo por la triste mirada de Zoro-ya. Porque él desea las suaves manos del rubio, él desea los dulces besos en la mejilla del rubio, así como yo deseé alguna vez, y que hasta hoy logré obtener.

Su sonrisa falsa y su ebriedad por el dolor, por el dolor que Sanji-ya le causó por decirle adiós, el dolor por ser sólo un amigo más, el dolor por no tener su amor más.

Él lo sigue amando, lo sigue queriendo quizás tanto como o lo hago, y sigue deseando que algún día su cariño pueda recuperar... O quizás sabe que será imposible porque ahora tiene ojos para mí y nadie más.

Es doloroso, es triste... No puedo ver a mi amigo sufrir así, un amargo sabor viene a mi boca nuevamente, y veo el acantilado atractiva mente llamándome a saltar; veo las cuerdas seductoras que me invitan a mi cuello atar; veo una navaja brillante invitándome a mi mismo degollar.

Sí tengo a quien mas amo pero a cambio veo sufrir a mi mejor amigo... Al carajo la vida, al carajo vivir.

Y es entonces cuando siento su suave caricia en mi mejilla y un dulce beso sabor a cigarro en mis labios, es el momento en que se ríe de mi porque empecé a hundirme en mis pensamientos quedando como un estúpido, es el momento en que las mil y un ideas de cómo abandonar la vida desaparecen.

Y lo entiendo, que como no pude resistirme a sus encantos, tampoco podré abandonarlo.

Te prometo, amigo mío, que no cometeré el mismo error que tú, lo cuidaré como hubieras hecho tú. Lo amaré cada día por los dos, le haré mimos y caricias por los dos. Me encargaré de verlo sonreír y matar a quien lo ose lastimar, de su felicidad día a día traer, y de su sonrisa hasta en la noche poder ver.

Y lamento tu sufrir, amigo mío

Lo lamento, Zoro-ya... Pero me he enamorado.

—Trafalgar D. Water Law.

Just friends  - LawSan/ZoSan - Место, где живут истории. Откройте их для себя